Santer reaccionó muy tarde
El presidente de la Comisión Europea, Jacques Santer, sale malparado del informe del Grupo de Sabios. Malparado en lo general porque la crítica más voraz de los expertos se refiere al funcionamiento global de la Comisión, que él encarna en su calidad de presidente. Malparado en lo concreto porque, como responsable directo de la Oficina de Seguridad, aunque al principio actuó con rapidez, no dio la debida importancia a los problemas detectados. "En el asunto "Oficina de Seguridad", el comisario responsable, el señor Santer, ha actuado con rapidez tras la publicación por la prensa de las alegaciones de fraudes", señala el informe. "Dicho eso", continúa, "si se hubiera dado seguimiento a los resultados de la auditoría de 1993, la naturaleza de los problemas de la Oficina de Seguridad habrían podido ser identificados mucho antes". "El hecho de que en este asunto, ni el señor Santer, responsable personal de la Oficina de Seguridad, ni su gabinete, hayan otorgado un interés significativo al funcionamiento de esa oficina constituye el principal reproche contra el señor Santer", sentencian. "Desde entonces no se ha ejercido ningún control y se ha permitido que se desarrolle un Estado dentro del Estado, con las consecuencias descritas en este informe", concluyen los sabios.La auditoría de 1993 ponía de relieve la inexistencia de un sistema interno de control presupuestario y denunciaba las irregularidades detectadas en el contrato firmado entre la Comisión y la firma IMS Group4/Securitas, cuyas condiciones financieras fueron modificadas sin el aval del comité consultivo pertinente.
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