La UE está dispuesta a regular los alimentos transgénicos sin EE UU
La industria defiende su política ecológica
La Unión Europea está dispuesta a continuar con las negociaciones internacionales para regular el tráfico internacional de alimentos transgénicos sin la participación de Estados Unidos, a quien considera el responsable principal del fracaso de la Cumbre de Cartagena de Indias (Colombia), que finalizó el miércoles. "Estamos considerando seriamente la posibilidad de llegar cuanto antes a un acuerdo sin EE UU", señaló ayer la comisaria de Medio Ambiente de la UE, Ritt Bjerregaard. "No es aceptable que estas negociaciones, largamente pedidas, hayan concluido sin resultado. Todo tiene un límite", concluyó Bjerregaard."Los exportadores de productos transgénicos acudieron a la negociación sin ninguna voluntad clara de avanzar. Lo que buscaban era dictar textualmente los términos del acuerdo", añadió la comisaria de Medio Ambiente. La UE, que había acudido a Cartagena sin una postura definida, fue escorándose con el paso de los días hacia las posiciones de los países pobres y las peticiones de las ONG. Incluso fueron delegados europeos quienes redactaron el último borrador, rechazado por EE UU y el Grupo de Miami (Argentina, Chile, Uruguay, Canadá y Australia).
El consenso entre los 132 países que solicitaban restringir el tráfico internacional de los productos transgénicos no pudo imponerse sobre la voluntad de los seis países que controlan el 94% del mercado mundial. Según el calendario acordado por los firmantes de la Convención de Biodiversidad de la ONU, el protocolo, que ya lleva seis años de retraso, debe estar listo antes de mayo del año 2000.
La multinacional Monsanto, una de las empresas de biotecnología más importantes del mundo, considera que sus productos superan unos estrictos controles sanitarios y medioambientales. "En España y en la Unión Europea no ha habido un solo incidente sobre la salud o el medio ambiente causados por las variedades autorizadas [de cultivos transgénicos]", señaló Jaime Costa Vilamajó, director técnico de la empresa en España, en una nota enviada a EL PAÍS.
Según Vilamajó, "en algodón, uno de los cultivos mejorados por Monsanto, la protección genética contra insectos ha evitado la aplicación de más de tres millones de litros de insecticidas".
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