García Márquez, reportero de lujo en la selva del Caguán

San Vicente del Caguán es hoy el centro de Colombia. Sus 10.000 habitantes reciben en un ambiente festivo al ejército de periodistas que invaden desde el martes el parque central del pueblo, lugar elegido para el inicio de las conversaciones de paz. Hoy, junto a Pastrana y Marulanda, se espera también en San Vicente a un tercer y altísimo personaje: Gabriel García Márquez, que ha sido un excelente agente medio en la sombra de la diplomacia de paz del presidente colombiano. Gabo, como se le conoce en Colombia, irá oficialmente como reportero especialísimo de la revista Cambio-Colombia, que ha comprado hace unas semanas como cabeza de cartel de un consorcio de conocidos periodistas bogotanos. García Márquez, apenas regresado de Cuba, donde ha festejado con Castro los 40 años de la revolución, viajará hoy a San Vicente como el resto de los periodistas.

Colombia, en esta excitación de la paz al cabo de 30 años de una guerra entre dos ejércitos: el regular y los paramilitares que el poder consiente, y de dos guerrillas: FARC, de cuyo paleomarxismo ya casi nadie habla aquí, y el ELN inspirado en un cristianismo pasado de concilios, es una formidable algarabía en la que todo el mundo opina.

Pero en este destartalado pandemónium hay un silencio notable que dice mucho en favor de la mano de Pastrana. El Ejército, que con el presidente Samper opinaba de todo y tintineaba el sable para que se supiera que existía, es hoy un mudo uniformado bajo el mando del general Fernando Tapias.

[Al mismo tiempo que se ultimaban los preparativos de la reunión de hoy, las FARC atacaron ayer Pueblo Bello, un caserío en el noroeste del país, en el departamento del Cesar. Cuatro policías resultaron muertos y otros 10 están desaparecidos, informa Efe].