En vez de trasplantes
Mientras no llega alguna alternativa válida, la opción por la que parecen apostar los investigadores para paliar los efectos de las enfermedades neurodegenerativas consiste en el trasplante de células procedentes de otros tejidos o de otras personas para suplir a las que han muerto. En el mal de Parkinson, éste ha sido el camino escogido aunque con éxito desigual y resultados todavía preliminares para los casos positivos.Uno de ellos, y de hecho el más esperanzador, es el autotrasplante de cuerpo carotídeo. La primera experiencia con humanos se ha llevado a cabo hace apenas un mes en el Hospital Virgen de las Nieves de Granada. La opción se basa en extraer los cuerpos carotídeos (pequeños orgánulos localizados en ambos extremos del cuello cuya función es informar al centro respiratorio del cerebro sobre la cantidad de oxígeno preciso pa-ra el organismo en situaciones estresantes) del enfermo e implantarlos en la sustancia negra del cerebro. Estas células segregan grandes cantidades de dopamina, por lo que se restablece parcialmente la función dopaminérgica y cesan los síntomas del mal de Parkinson.
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