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El festival Grec de Barcelona alza el telón con una obra de Lorca

El director Joan Ollé monta "Así que pasen cinco años"

El Grec, el festival de verano de Barcelona, alzó el telón anoche con una comedia de las llamadas imposibles de Federico García Lorca, Así que pasen cinco años, con dirección de Joan Ollé. El festival, que se desarrollará hasta el 19 de agosto y presenta 138 espectáculos, ha querido sumarse con este montaje a la conmemoración del centenario del nacimiento de Lorca. "Eso del teatro imposible es mentira", dijo Ollé antes del estreno.

El montaje lo interpreta un grupo de excelentes actores catalanes, entre ellos Pere Arquillué, Manuel Carlos Lillo y David Selvas, junto al italiano Franco di Francescoantonio. El espectáculo forma parte del programa oficial de actividades de la Comisión Nacional del Centenario de Lorca y es una coproducción del Grec con el Festival de Otoño de Madrid y la productora Bitó.¿Existe alguna manera de hacer Lorca? "Para mí", responde Joan Ollé, "la buena manera de leer las comedias imposibles la inauguró Lluís Pasqual con El público y luego la ha continuado con Cómo canta una ciudad de noviembre a noviembre. Recuerdo también una Bernarda Alba yugoeslava que vi en el Festival de Sitges a principios de los 80. Y también la Doña Rosita la soltera de Lavelli y Núria Espert. Pero a Lorca se le ha colgado aquí la musiquita del lorquismo, se le ha hecho jazminero y gitanero. De hecho es una tradición que el mismo Lorca inaugura". Cuando se habla de las piezas más vanguardistas de Lorca se habla de teatro imposible. "Eso del teatro imposible es mentira", señala Ollé. "Lorca lo llamó así por la época. Pero una lógica perfecta lo controla todo. En su cerebro, con su poesía surrealista, la obra de Lorca encierra un argumento elemental. Es un cuento. Lo que pasa es que sus coetáneos no fueron demasiado valientes con él. Eran muchos los que le sugerían que renegara de El público. Así que pasen cinco años ha pasado como una de las obras más difíciles, pero, si la miras como un manifiesto vital, está más cerca de Jacques Brel que de la complejidad de un jeroglífico: es nítida". Continúa el director: "Lo que a mí me interesa es explicar sencillamente la historia de un hombre que tiene miedo del tiempo, de la muerte, del amor. Lo que leo es un autorretrato poético de Lorca en el que traza una autobiografía a través de un yo imaginario. Es un grito desesperado que me recuerda la canción de Machín: se vive solamente una vez; hay que aprender a amar y a vivir".

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