Francisco Rico gana el Menéndez Pelayo por "una obra que impresiona y abruma"
El lingüista resalta que la literatura española combina hoy calidad y éxitos de venta
Catedrático, académico, ensayista y uno de los más brillantes estudiosos de los clásicos españoles, Francisco Rico (Barcelona, 1942) recibió ayer el XII Premio Menéndez Pelayo por «una obra que impresiona y abruma», según señaló el jurado. Eufórico por ser el intelectual más joven que ha recibido este galardón, dotado con ocho millones de pesetas, Rico reconoció ayer que su reciente edición sobre el Quijote ha sido la «espoleta» del premio, pero aclaró que la distinción se concede al conjunto de una obra. Tras destacar que «las letras españolas viven un buen momento que combina calidad y éxitos de ventas», el académico definió la literatura como «el último reducto de cualquier lengua frente al pensamiento único».
Le hace ilusión a Francisco Rico haber recibido este premio a la misma edad que tenía Marcelino Menéndez Pelayo cuando murió. «La verdad es que enorgullece», señaló el lingüista, «que hayan decidido homenajear a alguien de mi generación y que el premio haya recaído en mí». Confiesa que no esperaba esta distinción, que concede la Universidad Internacional Menéndez Pelyo (UIMP), aunque la circunstancia de haber sido finalista hace unos años le llevaba a albergar algunas esperanzas. «Supongo», añade, «que además de los méritos que el jurado haya podido apreciar en mi obra, habrá influido que el mecenas del premio, Eulalio Ferrer, sea un gran cervantista».El rector de la Universidad Menéndez Pelayo, José Luis García Delgado, calificó ayer al académico como una persona de gran ambición y osadía intelectual, brillante, original y erudito. Catedrático de Literaturas Hispánicas Medievales en la Universidad Autónoma de Barcelona, Francisco Rico ha desarrollado una obra intelectual que abarca desde los estudios filológicos a los ensayos históricos. También merecen mención especial sus estudios sobre la picaresca como género y como origen de la novela moderna.
Invención de la novela
El lingüista acaba de publicar una edición crítica del Quijote, prepara otra similar sobre La Celestina y su ingreso en la Real Academia Española versó sobre El lazarillo de Tormes. Francisco Rico no vacila cuando sostiene que «estas tres obras , junto a la menos conocida del Guzmán de Alfarache, crearon la novela realista moderna. Los ingleses la recuperaron dos siglos después y en España la perdimos en parte por culpa de la poesía. Los españoles no recuperamos el pulso de la narrativa hasta el siglo XIX».Profesor con vocación de divulgador de la literatura, el Premio Menéndez Pelayo ofrece la siguiente receta para aficionar a los jóvenes a la lectura: «Dar contenidos lingüísticos nuevos y de forma ágil. Lo cierto es que resulta contraproducente obligar a adolescentes de enseñanza secundaria a leer el Quijote. En cambio, la literatura española de todas las épocas está llena de píldoras fascinantes, de fragmentos y capítulos que excitarían la curiosidad de los alumnos. Los más inquietos ya descubrirán luego que la literatura es un placer que además nos hace más libres».
Aunque admite que el mercado manda mucho en los últimos tiempos, Francisco Rico destaca la buena salud de la que goza la literatura española y cita nombres como Miguel Delibes o Javier Marías, «que consiguen éxitos de ventas con obras de una gran calidad literaria». «Incluso autores digamos más populares cuentan con novelas de una dignidad muy estimable», apostilla el lingüista y académico. A juicio de Rico, un experto en la lírica, la poesía también atraviesa un buen momento, con una oferta muy variada. Coincide el académico con otros estudiosos en que la literatura española mezcla cada vez más los géneros de modo que asistimos a la aparición de prosa poética, de libros de viajes con aires de novela y de ensayos planteados como narrativa.
«Como dicen algunos», señala Rico, «la novela es un género muy totalitario que, precisamente por ello, lo abarca todo. Ahora bien, la combinación de géneros literarios responde asimismo a la época de indecisión que vivimos y que conduce a un cierto eclecticismo. En nuestros días ya no hay vanguardias a las que seguir ni banderas que ondear y cada cual camina más a su aire». Apasionado del estudio de la lengua, este académico y filólogo se muestra muy preocupado por la absoluta hegemonía de un pensamiento único, lo que equivale a decir por «un lenguaje único».
«Último reducto»
«La literatura», concluye, «se ha convertido en el último reducto del español o de cualquier otra lengua porque el pensamiento único amenaza con invadirlo todo. Todos acabamos hablando del mismo modo y el léxico natural está desapareciendo. En las encuestas ya no preguntan si los consumidores prefieren manzanas o naranjas, sino que interrogan sobre tal o cual marca. Sería un ejemplo de lo que pretendo explicar y de una tendencia que me inquieta». Ahora bien, Francisco Rico rechaza cargar las culpas sobre los medios de comunicación. «No matemos al mensajero porque prensa, radio o televisión se limitan a ser mensajeros del gran capital y en este punto me he vuelto muy radical».Desde ayer el nombre de Francisco Rico se ha unido a la lista de premiados con el Menéndez Pelayo, una distinción que se concede desde 1987 y que ha recaído en intelectuales como Octavio Paz, Julio Caro Baroja, Martín de Riquer, Carlos Fuentes y Fernando Lázaro Carreter, entre otros. El jurado que ha concedido el premio estaba integrado por su patrocinador Eulalio Ferrer y por José Luis García Delgado, Ernest Lluch, Domingo Ynduráin, Jesús de Polanco, Jesús Manuel Gracia y Jaime Lavados. El rector de la UIMP, José Luis García Delgado, llegó a calificar ayer a Rico como un «digno émulo» de Marcelino Menéndez Pelayo.
Babelia
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