Un gran saco en el que cabe todo
Tras las sucesivas recopilaciones sobre la historia de la fotografía española -las tres series de exposiciones y ediciones tituladas Las fuentes de la memoria- que comenzaron su andadura en 1989, en conjunto esta fotografía se valora más por los libros que por su aparato expositivo. Posiblemente es mayor el interés de los libros de Lunwerg que han acompañado a cada exposición, la selección de imágenes que los mismos reproducen y los textos nacidos de la investigación del impulsor del proyecto, Publio López Mondéjar, que el vago recuerdo de las instantáneas o las cámaras antiguas que se mostraron en los espacios donde se exhibieron años atrás.De entre todas aquellas publicaciones cabe subrayar la que acompaña a la exposición Fotografía y sociedad en la España de Franco. Las fuentes de la memoria III. Se trata de una crónica sentimental en clave fotográfica de la vida española que abarca desde la conclusión de la guerra civil hasta la muerte del general Franco, según reza en el texto.
Su autor la divide en capítulos tales como: El retratismo, La estética oficialista (sociedades y salones), Fotografía popular, La visión de los extranjeros, Fotoperiodismo, Documentalismo y realismo social y El nacimiento del futuro. Apartados que pueden parecer atípicos cuando se los compara con la frialdad de las clásicas historias al uso realizadas en otros países y, quizá, hirientes a los ojos de un especialista.
Para este ensayo, Antonio Muñoz Molina escribe un texto con reflexiones sobre la fotografía, que puede aportar la clave del porqué del nombre de estos capítulos atípicos en la taxonomía bibliográfica especializada; en él expresa: "Por fortuna, ningún arte es tan puro como quisiera el puritanismo vanidoso de los expertos. La pintura, la novela, la música, el cine son precipitados de materiales de cualquier origen, de experiencias y sueños, de cosas sublimes y cosas vulgares, de la máxima trivialidad y la máxima hondura. De la fotografía, como de la novela o del cine, se puede repetir lo que decía Baroja, que es un gran saco en el que cabe todo...".
