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El 'gen de la homosexualidad' vuelve a debate

Dean Hammer ha hallado cierta tendencia heredada, pero quiere evitar usos perversos

El gen de la homosexualidad masculina ha vuelto a la palestra. Según Dean Hammer, el científico estadounidense que ha realizado un estudio sobre la base genética de las preferencias sexuales humanas, la homosexualidad tiende a ser un rasgo de familia, pero él no cree que un gen sea determinante. Las últimas investigaciones de Hammer, que aparentemente confirman la existencia de un componente genético, de la homosexualidad, han vuelto a atizar la polémica sobre el carácter genético de los aspectos más sensibles del comportamiento humano.

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¿Mente determinada?

Hace dos años, Hammer demostró en un estudio de las historias familiares de 114 varones homosexuales que esta característica tiende a ser heredada. Hammer halló, que el 13,5% de los hermanos varones de estos hombres también eran homosexuales, frente al 2% de la población general, una diferencia significativa que parecía indicar un componente hereditario en la orientación sexual. Hammer también comprobó que sus tíos y primos por parte de madre eran homosexuales con más frecuencia que lo estadísticamente normal, lo que indicaba que fuera cual fuera el componente heredado era probable que se transmitiese por línea materna. Eso implicaba al cromosoma X, que los varones heredan de su madre.Hammer llevó a cabo estudios moleculares detallados del material genético -la secuencia de ADN- de los cromosomas X de 40 parejas de hermanos homosexuales, con el fin de investigar los marcadores genéticos, que pueden compararse con señales indicadoras en un mapa de carreteras. El científico comprobó que en 33 de los casos ambos hermanos habían heredado los mismos marcadores genéticos de una zona del cromosoma X conocida como Xq28.

Indignación

Esa región sólo representa el 0,02% de la composición genética total de los seres humanos, aunque podría contener varios cientos de genes. Aunque Hammer no descubrió un gen de la homosexualidad masculina, sí encontró pruebas convincentes de que esa región influye en la orientación sexual de algunos varones. Cuando este trabajo salió a la luz pública en medio de una enorme publicidad, hubo reacciones de indignación por parte de personas que, por una razón u otra, estaban interesadas en demostrar que la homosexualidad podía o no ser heredada.Paradójicamente, el propio Hammer no cree que exista un gen de la homosexualidad masculina, a pesar de que se ha esforzado más que ningún otro científico en demostrar que existe un componente genético heredado de la orientación sexual.

La principal conclusión de su último trabajo, publicado recientemente en la revista Nature Genetics, es que existe una región en el cromosoma X que influye sobre las variaciones de la orientación sexual en los hombres, pero no en las mujeres. No obstante, Hammer añade: "Eso no significa que hayamos encontrado un gen de la homosexualidad masculina".

La importancia del último trabajo de Hammer es que responde a algunos de sus adversarios más críticos, que pusieron en tela de juicio la validez de sus anteriores investigaciones, publicadas en Science en julio de 1993.

La profunda polémica que ha despertado el trabajo de Hammer es un fenómeno infrecuente en el esotérico campo de la investigación genética.

Curiosamente, al menos en EE UU, hubo una serie de grupos homosexuales que acogieron positivamente la investigación, alegando que demostraba el carácter natural de la homosexualidad al equipararla con otros fenómenos hereditarios como el color de los ojos o del pelo en lugar de considerarla consecuencia de una elección perversa. Pensaban que del mismo, modo que se legisla para impedir la discriminación por motivos de raza o sexo, se puede aplicar el mismo argumento a la homosexualidad.

Pero la principal preocupación ha sido que los trabajos de Hammer pudieran llevar a desarrollar pruebas genéticas. El año pasado, Hammer respondió a este temor en la reunión anual de la Asociación Norteamericana para el Avance de la Ciencia: "A la gente le preocupa que alguien -científicos, militares o compañías de seguros- pueda intentar en el futuro desarrollar análisis de sangre para averiguar la orientación sexual, o pruebas prenatales para que las mujeres embarazadas puedan abortar un feto que corra riesgo de ser homosexual. Creo que eso sería erróneo y poco ético". Hammer dice que tratará de impedir que nadie desarrolle una prueba de ese tipo: "Tenemos los derechos intelectuales de ese trabajo".

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