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Retorno a los orígenes

Faltaban sólo unos minutospara el inicio de la gran noche de Pedro Almodóvar en el Teatro Principal y cientos de personas aguardábamos, un tanto mosqueados, a que finalizara la proyección del filme incluido en la sección Zona Abierta, El último bolchevique, para acceder a la sala. Es más, muchos temíamos que el bolchevique de marras -acosado, el pobre, tal

omo están los tiempos- se quedara dentro del cine. Pero por fin entramos -buena organización-, ocupamos el recinto a tope y empezamos a verlas llegar. Es decir, a las chicas de Almodóvar y más cosas que ocurrieron.

Multicolores de pelos y de atuendos, rubias o pelirrojas, morenas o escarlatas, negras: Bibi Andersen, Mercedes Guillamón (la entrañable Eva Siva), María Barranco, Rossy de Palma, Julieta Serrano, Anabel Alonso, Loles León, Alaska (que abre local en Nueva York y Madonna echará una mano, con mediación de Almodóvar) y actores de Kika, como Alex Casanova.

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Manuel Pérez Estremera, director del Festival, que confesó haber conocido hace años a Pedro, en un bar del madrileño barrio de Malasaña, cuando hacía cortos en, Super 8, dedicó la noche y una placa conmemorativa al hombre que ha obtenido éxitos internacionales para España. Acto seguido, Almodóvar -chaqueta amarilla con motas negras, jersey rojo y pantalones de cuero claveteado para envolver su nuevo aspecto, con 17 kilos menos-, agarró el micro, saludó a sus actores y actrices y, entre aplausos, habló: "Inevitablemente tengo la sensación de estar terminando un ciclo, no sé si en esta sala ólvido [Alaskal, que es, de todo el grupo, la que mejor memoria tiene porque es la que menos drogas ha tomado (risas del público) me decía que aquí es donde se puso Pepi, Luci, Boom y otras chicas del montón. No sé. Lo que sí sé es que la primera vez que se proyectó una película mía en una sala, no en una fiesta entre amigos, fue aquí en San Sebastián. Y aquí también vais a ver un fragmento de mi última película, Kika".

"No sé si todos sabéis lo que es el Folle, folle, fólleme, Tim. Como su nombre indica, es un folletín, un gran melodrama muy miserable, muy cutre, de una pareja que se quieren, se necesitan, pero que, además, se mienten mucho, porque yo creo que una de las grandes armas para sobrevivir y para convivir cola alguien es la mentira, vosotros lo !abéis". Confesó que fue rodada en Super 8 a lo largo del 77 y mitad del 88 y que, en total, le costó unas 50 mil pesetas, y que la proyección de esa noche le ponía tan nervioso como si fuera un debú. Luego dijo que los diez minutos de Kika que veríamos a continuación eran sólo copia de trabajo. Y se fue a pasear.

Folle... resultó, como era de esperar, una muestra del talento del Almodóvar de la época para aprovechar todo tipo de recursos -desde las músicas hasta la propia pobreza presupuestaria- en función de una historia subcultural como la vida misma, que entusiasmó al público y nos devolvió a los días de la inocencia.

En cuanto al breve destello de Kika, será un copia de trabajo pero el fragmento estaba elegido con la astucia de quien monta un trailer. Consistió en una insólita violación de Verénica Forqué, con intervención desopilante de Rossy de Palma y un decorado prometedor. Y la fugacísima visión de Victoria Abril a lomos de su moto.

Al final, Pedro se sometió a las preguntas más o menos afortunadas del público y, por último, la organización mandó a sus chicas al escenario para que le entregaran una tarta: en pocas horas cumplía años.

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