La falta de concreción marcó el debú parlamentario de Carmen Alborch

La falta de concreción marcó el debú parlamentario de Carmen Alborch. El discurso que la nueva ministra de Cultura leyó ayer en el Congreso ante la Comisión de Cultura no bajó a aspectos concretos y llevó al portavoz del PP a afirmar que "era exigible un poco más de precisión". Los representantes de los grupos prefirieron no enfrentarse a Alborch tras sólo 70 días- al frente del departamento, y no los 100 de cortesía. La ministra dijo que la austeridad "exigirá redefinir objetivos" e insistió en crear "un gran consenso" de los grupos en política cultural. Los portavoces de IU y del PP centraron sus intervenciones en criticar al Gobierno por ese ya casi asumido recorte de dinero en Cultura

La intervención de la ministra sobre uno de los puntos más delicados de su departamento, las interminables obras del Teatro Real de Madrid en su reconversión de sala de conciertos en teatro de ópera, da una idea de la imprecisión general de su discurso:"Técnicamente, el estado de las obras permite sostener que la finalización de las mismas podrían tener lugar a principios de 1995. Sin embargo, desde la perspectiva presupuestaria las dificultades son mayores. Créanme que este es uno de los temas que centran mi preocupación, no sólo por el volumen de la inversión necesario para la conclusión de las obras sino por los elevados costos que conlleva el funcionamiento de este tipo de infraestructuras. Desde los planteamientos actuales europeos, es decir, considerando que los presupuestos públicos soportan entre un 40%, como en el caso del Covent Garden, y un 75%, como en el caso de la ópera de Múnich, del coste total del mantenimiento de estas infraestructuras, los presupuestos de que disponemos serían claramente insuficientes para atender al Teatro Real, el teatro de la Zarzuela y el del Liceo. A mi juicio, y esta reflexión es aplicable con carácter general al resto de las unidades de producción del Instituto de las Artes Escénicas y de la Música (INAEM), o bien se incrementan las dotaciones presupuestarias para el adecuado funcionamiento de estas infraestructuras culturales o será necesario modificar seria y rigurosamente los planteamientos que rigen en la actualidad".Tras esta declaración, un parlamentario preguntó: ¿cuánto dinero se ha gastado? ¿Se abrirá en 1995? ¿Qué cantidad falta para terminar las obras? ¿Qué previsión presupuestaria hay para su funcionamiento? La ministra trató de concretar y- repuso que podría inaugurarse en 1995- que la inversión total son unos 15.000 millones de pesetas y que en su mantenimiento será muy necesaria la colaboración de la iniciativa privada y se podrá aplicar así la ley de incentivos fiscales.Más millones"No sabe lo que dice", diría luego el portavoz del PP, Miguel Ángel Cortés, que hizo referencia a "documentación oficial" en la que se han consignado ya 19.000 millones de pesetas para las obras de reforma del Real. "Y no hay suficiente", añadió. También calificó de 11 muy poco rigurosos" algunos aspectos de la intervención de la ministra, y dijo: "Hay que respetar los 100 primeros días, pero teniendo en cuenta que no ha tenido vacaciones se lo podía haber estudiado un poco mejor".

Antes, durante su intervención parlamentaria, Cortés Í había hecho honor a su apellido y recordó que él mismo ha puesto como ejemplo de gestión cultural el Instituto Valenciano de Arte Moderno (IVAM) que la ministra dirigió antes de llegar a su cargo actual. Cortés le dijo a la ministra: "Mala herencia recibe", y se felicitó por verla decidida a una revisión profunda de su departamento. "0jalá pueda y ojalá la dejen", añadió. El portavoz de IU, Felipe Alcaraz, calificó de "presupuesto guineano" los poco más de 50.000 millones de pesetas en 1993 en el Ministerio de Cultura y pidió a Alborch que no permita ningún recorte. Alcaraz expresó su temor no sólo de que se recorte a Cultura un 10% sino de que a ello se. sumen los alrededor de 13.000 millones anuales durante cuatro años para devolver el préstamo con el que se pagó la colección Thyssen. El diputado de IU propuso a la ministra, y luego se hizo eco de ello Miguel Ángel Cortés, la creación de un lobby encabezado por ella que luche contra el recorte.

Alborch dijo que incesantemente -"y a veces me pongo un poco pesada"- habla en todos los foros, incluido el Consejo de Ministros, de la importancia de la cultura y de su preocupación ante los presupuestos que el Gobierno anunciará a partir del viernes y que llegarán al Congreso a finales de mes. Alborch dijo que la inclusión de las anualidades a pagar por la colección Thyssen en el presupuesto ordinario del ministerio "supondría un aumento del presupuesto de Cultura". Sobre esta posibilidad, el subsecretario, Enrique Linde, cifró entre 65.000 y 67.000 millones de pesetas la cantidad adecuada.

Alborch anunció la revisión de las unidades de producción del Instituto de las Artes Escénicas y de la Música (INAEM), y la creación de una dirección general de servicios. Insistió en que es partidaria del cine como excepción cultural en los acuerdos del GATT (conversaciones encaminadas a liberar las trabas del comercio internacional).