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"Nadie es el dueño de la historia"

El lenguaje, el mestizaje, el tiempo, la imaginación, la ciudad agresora, el conflicto de culturas, todos esos temas que obsesionan a Carlos Fuentes (Ciudad de Panamá, 1928) están presentes en el ensayo Geografía de la novela y en el volumen de relatos El naranjo, dos libros que resumen toda su obra y pensamiento.Si usted no ha leído a Fuentes, es recomendable empezar por Geografía de la novela. Dos artículos sobre la novela y 11 ensayos dedicados a otros tantos escritores dan todas las claves de la narrativa de Carlos Fuentes. Jorge Luis Borges, Juan Goytisolo, Augusto Roa Bastos, Sergio Ramírez, Héctor Aguilar Camín, Milan Kundera, György Konrad, Julian Barnes, Artur Lundkvist, Italo Calvino y Salman Rushdie son los autores seleccionados, y desde luego no de manera inocente. Aparte de ser una magnífica invitación a la lectura de todos ellos, Fuentes los utiliza para explicar su propia obra y reflejar todas sus obsesiones en este azaroso fin de siglo.

Miguel de Cervantes es la inspiración y el aliento de esta Geografía de la novela. "El Quijote es la novela fundadora en Occidente de nuestra imaginación, es la novela ejemplar de la modernidad en el sentido de que se celebra a sí misma. Nos dice: 'Yo soy una novela, dense ustedes cuenta, están en una novela, están en algo que no refleja la realidad, sino que crea una realidad'. Para mí es la afirmación suprema de una gran novela, y creo que los escritores que he elegido son también novelistas comprometidos' en ese sentido de crear realidades y no sólo de reflejarlas".

Hijo de diplomático, residente desde niño en numerosos países, entre ellos Estados Unidos, Fuentes creció en la tensión entre las lenguas inglesa y española. Borges, a quien no quiso conocer, le hizo comprender que su idioma era el español, "porque soñaba en español". Le dio también la constitución borgiana: "Confusión de todos los géneros, rescate de todas las tradiciones, creación de un nuevo paisaje sobre el cual construir las casas de la ironía, el humor, el juego, pero también una profunda revolución que identifica a la libertad con la imaginación, y que a partir de esa identificación propone un nuevo lenguaje".

Fuentes utiliza un verbo estupendo e inexistente, cervantizar, para definir la obra de Juan Goytisolo: "Mestizar es cervantizar y cervantizar es islamizar y judaizar. Goytsolo como Cervantes, Fernando de Rojas o Mateo Alemán, es un escritor a contracorriente. Está en combate perpetuo con las convenciones del idioma, del pensamiento, de la costumbre. Es un escritor de una profunda rebeldía y de una profunda razón. Paisajes después de la batalla está destinada a ser una novela clásica. Es premonitoria, publicada a principios de los ochenta, sobre el drama de la inmigración y del conflicto de culturas, del mestizaje de culturas. Y como este problema va a ahondarse aún más en los años venideros, creo que va a tener mucha razón en su rebeldía Goytisolo".

¿Se sigue escribiendo a contracorriente en España? "No, porque ha cambiado mucho la realidad política y social del país. Es mucho más difícil ser rebelde hoy que hace 30 años. Escribir contra Franco tiene una relevancia que no tendrá nunca escribir contra Felipe González. Es una sociedad mucho más satisfecha de sí misma, mucho más tranquila, en la que las exigencias de la imaginación son más dificiles".

Cuenta Fuentes en su libro que en 1967 se les ocurrió a él y a Mario Vargas Llosa que una serie de autores latinoamericanos escribieran novelas sobre Ios padres de las patrias". Claude Gallimard se entusiasmó con el tema y lo pusieron en marcha. Además de Vargas y Fuentes, participarían también Roa Bastos, Gabriel García Márquez, José Donoso, Jorge Edwards, Alejo Carpentier, entre otros. El proyecto fracasó. "Era una idea que se encauzó, iba bien, pero era muy difícil juntar tantas voluntades". Pero sí surgieron tres grandes novelas: El otoño del patriarca, de García Márquez; El recurso del método, de Carpentier, y Yo, el supremo, de Roa. A esta última dedica Fuentes un ensayo en el que destaca el diálogo que mantiene Roa consigo mismo a través de la historia y la manera como refleja "el abismo cultural latinoamericano".

Fuentes ha seleccionado también al mexicano Héctor Aguilar Camín y al nicaragüense Sergio Ramírez. "Son autores latinoamericanos "más jóvenes que yo, a los que quiero destacar con un gran relieve, a la altura de Roa Bastos". Y a Kundera, porque "fue el primero en decir que el totalitarismo es el idilio secreto del poeta, del intelectual". Y a György Konrad, porque analiza como nadie Ia destrucción de la ciudad". Y a Rushdie, porque Ia buena novela asciende a los valores en conflicto". "¿Qué cosa puede decir la literatura que resulta tan poderosa y también tan peligrosa? Hijos de la medianoche, Vergüenza, Versos satánicos me parecen tres novelas fundamentales para otra de las tesis que sostengo en Geografía de la novela: es la novela como un hecho universal". Y a Calvino, porque "presupone que el lector es más culto que el propio escritor".

Los autores seleccionados responden al mismo compromiso que Fuentes tiene con la literatura y la vida. "He asumido la actitud crítica de la simpatía, de escoger a los escritores que a mí me gustan. En general, porque contribuyen al politeísmo de valores del mundo inclusivo, del mundo no idéntico, variable, diferente. Es una gran lección española, es la lección de Goya, Buñuel, Valle: recuperar la diferencia más que imponer la unidad y la identidad. Todos los escritores que aparecen en mi libro tienen un compromiso con la literatura como ciudadanos. Lo que yo no creo es en un compromiso que ponga la ideología por encima de la exigencia literaria".

El silencio de Colón

¿Es posible que los mayas conquistaran Andalucía? ¿Es posible que Cristóbal Colón descubriera América y guardara silencio durante 500 años? Son algunos de los temas que plantean los relatos de El naranjo, un auténtico homenaje al idioma español, al diálogo entre culturas y al mestizaje. Carlos Fuentes reclama su derecho a reinventarse la historia. "¿Y por qué no? Basta una vuelta de tuerca. Siempre me llamó la atención que el diario de Colón que conocemos sea una versión hecha por Bartolomé de las Casas a su antojo, con elipsis, eliminaciones, que Colón haya escrito tanto y que todo esté disperso, incluso arrojó manuscritos al agua... Es una total dispersión de la palabra, de la memoria, de la historia. Es casi una invitación al novelista para añadir una dimensión más a lo que en sí mismo ya es un hecho novelesco".Las dos orillas, Los hijos del conquistador, Las dos Numancias y Las dos Américas reinventan una historia de 500 años. Un quinto relato, Apolo y las putas, en un tono y lenguaje muy distinto, aborda el presente. "No hay que inventar el presente también? ¿No hay que recordarlo también? El naranjo es una historia del castellano, de sus avatares, y quería meter algo absolutamente contemporáneo, con un conquistador contemporáneo que es un actor de cine. Una estrella de cine hace las veces de conquistador en el mundo actual". El naranjo, "un fruto viajero, que tiene la forma del orbe, un fruto muy identificado con España según Fuentes, está presente en los cinco relatos. "Es un símbolo de una naturaleza a la que hemos ultrajado constantemente y que, sin embargo, nos sobrevive hasta ahora. Aunque ya sabe mos que va a morir también".

Carlos Fuentes tiene fama de ser un escritor difícil, formalmente, por su elevado simbolismo, por el continuo uso de metáforas. "¡Qué bueno! No hace falta ni un solo escritor light más en el mundo. Abundan demasiado. Hay básicamente dos literaturas: una que se dirige a lectores que ya se conocen, preestablecidos. El escritor adivina su gusto y pergeña una receta para él. Y hay otra literatura que es la de la creación, la de la imaginación, la que está al borde del abismo, la que no sabe bien a quién se dirige, la que está tratando de encontrar o de crear lectores. Es la que me interesa a mí. Una literatura mucho más difícil de practicar, con un destino mucho más difícil. Hay que defender lo que podría estar en proceso de extinción".

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