'Sayonara'

Ninguna de las intervenciones de los 205 senadores -sólo se alcanzó tal cifra en la votación final- hizo referencia a algo que estaba en el ambiente: la influencia nipona. Las empresas fabricantes de aparatos y cintas de audio, vídeo y fotocopiadoras son principalmente japonesas. Su despliegue táctico ha sido evidente en la antesala del debate de la reforma de la ley de Propiedad Intelectual.

Más aún, según el ministro de Cultura, Jordi Solé Tura, el propio presidente de Sony internacional -la más potente multinacional del sector ha estado en España entrevistándose con políticos, entre ellos el presidente de la Generalitat catalana, Jordi Pujol.

El debate de ayer en el Senado mostraba una tribuna de público monocolor. Estaban presentes y sin perder ripio las distintas organizaciones de fabricantes-importadores. En cambio, no asistió ni un sólo representante de sus acreedores: las entidades de gestión de los autores. "Claro, es que están representados por el Ministerio de Cultura", repetían los jefes de prensa de las organizaciones de fabricantes. Y pronunciaron su sayonara particular, con la esperanza puesta en el último cartucho: "Aún queda mucho por negociar". Tres meses para neegociar los atrasos, desde la publicación de la ley, bajo arbitrio de Cultura.