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Miles de argentinos llaman "traidor" a Menem

Una multitud indignada, de decenas de miles de personas, se concentró ayer en la plaza de Mayo, frente a la Casa Rosada, sede del Gobierno, para manifestar su repulsa a los decretos de indulto que perdonaron la condena a los militares y civiles responsables por homicidios, secuestros y robos durante la llamada guerra sucia que las Fuerzas Armadas argentinas desataron contra la guerrilla entre 1975 y 1983. Decenas de miles de personas gritaron y cantaron con más furia que nunca contra la "traición" del presidente Carlos Menem.

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Todos los presos quedaron en libertad desde poco antes de la medianoche del sábado, hacia las dos de la madrugada, hora española.Ayer por la mañana, tras asistir a misa en una capilla del barrio Norte, el ex dictador Jorge Videla adelantó este reclamo: "Acepté la prisión como un acto de servicio más al Ejército, pero continúa pendiente un desagravio a las Fuerzas Armadas", dijo Videla en una declaración escrita.

El escritor Ernesto Sábato, autor del informe que elaboró la Comisión Nacional sobre la Desaparición de Personas, no encabezó la columna de la Asamblea Permanente por los Derechos Humanos, tal como estaba anunciado. El profesor Alfredo Bravo, muy conmovido, dijo a EL PAÍS que Sábato había sufrido una "descompensación" el sábado por la tarde. "Se descompuso y los médicos están muy preocupados por su salud. Ernesto no pudo soportar la tensión que le produjo todo esto".

El profesor Bravo, uno de los secuestrados y torturados durante la dictadura, advirtió: "Aún vamos a tener que enfrentar cosas peores, porque los militares van a querer la reivindicación histórica de lo que para ellos fue una gloriosa victoria".

"Che, Menem; che, Menem, por qué no salís al balcón", cantaban los manifestantes. "El pueblo quiere saludarte. La puta madre que te reparió". A las seis de la tarde, bajo un sol de verano, los primeros miles de espontáneos avanzaron sobre la barrera de vallas que la policía colocó ante la Casa Rosada, y se dedicaron a insultar al presidente. Como las barras bravas del fútbol, madres con sus hijos, hombres mayores y jóvenes estudiantes cantaban el clásico "Menem, hijo de puta, la puta que te parió". A las ocho de la tarde, las once de la noche en Madrid, cuando todavía seguían llegando columnas partidarias, un militante de la Asamblea Permanente leyó la declaración firmada por todas las organizaciones convocantes. El documento recuerda que la historia argentina no registra antecedentes de reos condenados y procesados por "tantos y tan graves crímenes". En un párrafo se destaca que "también ha sido indultado Mario Firmenich con la pretensión de convalidar ante la sociedad la ilegítima teoría de los dos demonios". Por último, las organizaciones defensoras de los derechos humanos advierten que todas las medidas tomadas hasta ahora por los Gobiernos constitucionales -el punto final, la Ley de Obediencia Debida y el indulto- "no cierran ninguna herida y ponen en peligro el compromiso del nunca más asumido por los habitantes y ciudadanos.

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Último acto del drama

Por la mañana, el Gobierno argentino montó el último acto de la puesta en escena del perdón. Un empleado administrativo, un mandado de la Dirección Nacional de Prensa, entregó en la Casa Rosada la copia de los seis decretos de indulto a los periodistas argentinos y extranjeros. Los decretos están numerados desde el 2.741 al 2.746 y llevan la fecha del 29 de diciembre. En la sede del Gobierno no había ningún otro funcionario responsable. A esa hora, el presidente Menem volaba ya hacia la provincia de La Rioja, y Videla volvía a su casa luego de saludar y agradecer a las vecinas que le aplaudieron cuando acabó la misa.Entre los periódicos de ayer que dedicaron sus ediciones a repasar la vida y la obra de cada uno de los liberados, en particular sus crímenes más horribles, la multitud que cantó las consignas históricas de condena a las Fuerzas Armadas y exigió "la aparición con vida" de los miles de ciudadanos desaparecidos y las declaraciones de las personalidades de todos los ambientes recogidas por las emisoras de radio y la televisión, Argentina hizo ayer una catarsis que reabrió nuevamente todas las heridas de su conciencia histórica.

[Por otra parte, Juan Leña, portavoz del ministerio de Asuntos Exteriores español, declaró ayer España "espera que el indulto lleve a la reconciliación" en Argentina, pese a que la medida sea "un paso doloroso" para los argentinos, informa Reuter].

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