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Alemania es ya una en lo económico y social

El proceso de unificación alemana dio ayer su primer paso irreversible al entrar en vigor el tratado de unificación monetaria, económica y social. Justo en la medianoche, la vieja moneda de la República Democrática Alemana (RDA) dejó de tener validez, al ser sustituida por los poderosos marcos de sus hermanos occidentales. La totalidad de la RDA era una mudanza. Los comercios cerraron sus puertas al público, pero en su interior podía apreciarse una actividad enfebrecida. Los escasos remanentes de viejos productos locales eran sustituidos por bienes de consumo occidentales a la espera de la llegada de los primeros clientes.

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Los alemanes orientales se preparan para digerir su instantánea reconversión a una economía de mercado con una mezcla de esperanza y resignación. El ministro de Economía de la República Federal de Alemana (RFA), Helmut Haussmann, ya les advirtió de los sacrificios que les esperan. Como mínimo durante tres años, y tal vez hasta cinco, deberán trabajar más horas y mejor y ganar menos que sus hermanos occidentales, declaró Haussmann al semanario Der Spiegel.

El viernes se cerró el plazo para que los alemanes orientales pudieran abrir las cuentas en las que se les cambiarán sus ahorros a la par por marcos occidentales, si bien hasta el próximo día 6 pueden todavía ingresar efectivo en estas cuentas. Los menores de 18 años sólo podrán cambiar 2.000 marcos en esta proporción, el resto de la población hasta 4.000, mientras que para los mayores de 60 años, en consideración a las reducidas pensiones que cobrarán en el futuro, se les permite cambiar a la par hasta 6.000 marcos. El resto de los ahorros se cambiará a dos marcos orientales por uno occidental.

Los salarios y pensiones serán reconvertidos también a la par aunque su cuantía, en torno a los 1.000 marcos de promedio, sea casi una tercera parte del nivel salarial de la RFA. Las pensiones, aún más bajas, pueden verse beneficiadas de algún aumento aunque muy limitado. El pensionista medio de la RDA cobra en torno a los 600 marcos. Es en este sector social, tanto en el de las personas mayores ya retiradas como en el de la mano de obra sin cualificar, donde mayo res problemas pueden presentarse.

Poder adquisitivo

La desaparición de los subsidios a los precios, que constituían una parte importante de los salarios reales, supondrá un descenso brutal del poder adquisitivo. Los alquileres y los servicios básicos de electricidad, calefacción, agua y otros subirán a partir del próximo mes de enero. Según el ministro de Hacienda de la RDA, Walter Romberg, el coste: de mantener estos subsidios durante los próximos seis meses será de 12.300 millones de marcos.

La pérdida de soberanía sobre la política monetaria y económica por parte del Gobierno de Berlín Oriental, sancionada en el tratado, no es simplemente un concepto teórico. La sensación ayer en Berlín Oriental era como de una liquidación por derribo. Un Estado dejaba de existir. Sólo algunos flecos recordarán al Estado del compás y el martillo. Hasta que las máquinas automáticas sean sustituidas o transformadas, las monedas de menos de 50 pfennigs seguirán teniendo validez.

Aunque sea domingo, hoy las sucursales bancarias de la RDA, que se han repartido ya los dos grandes bancos de la RFA -el Deutsche Bank y el Dresdner Bank- estarán abiertas para que los alemanes orientales puedan cambiar sus primeros marcos, en una cantidad que han debido especificar anteriormente. El promedio del dinero retirado por persona es de 400 marcos. Se espera que bastantes comercios abran también hoy para completar la fiesta, tanto en la RDA como en Berlín Occidental y las localidades fronterizas.

Visados de tránsito

Los controles fronterizos, si bien teóricamente debían desaparecer hoy, hace ya varios días que dejaron de existir. Presionado además por sus nuevos colegas de la Comunidad Europea, la vigilancia fronteriza se traslada ahora a la controvertida línea formada por los ríos Oder y Neisse, que separa Alemania de Polonia. Las autoridades han empezado ya a pedir visados de tránsito a todos aquellos países que no pertenecen a la CE, en un intento de cortar la invasión de polacos, rumanos y checos.

La llegada de esta fecha clave ha relanzado asimismo la polémica sobre la futura capital de la Alemania unificada. Cuando parecía que la contraofensiva de Bonn para seguir cobijando al Gobierno había superado el inicial impulso de Berlín, la vieja capital prusiana parece haberse puesto de nuevo en cabeza.

El viernes por la noche, el presidente de la RFA, Richard von Weizsäcker, que fue declarado ciudadano de honor por las dos partes de Berlín, ciudad de la que había sido alcalde, apostó definitivamente por trasladar allí la capital. "Berlín", dijo, "es el lugar donde más se ha sufrido la separación y tiene que ser también donde mejor se dirija la unificación". El ex canciller Willy Brandt, también ex alcalde de Berlín Occidental, se sumó a la propuesta. El plazo que sugirió Weizsäcker es de dos años.

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