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El congreso de Sevilla rechaza la dotación de plazas para enseñar catalán, vascuence y gallego

Los filólogos aprueban un documento que destaca la importancia de los tres idiomas

La Asamblea General de la Asociación de Historia de la Lengua Española, celebrada el pasado miércoles en Sevilla dentro del II Congreso Internacional de la Lengua Española, aprobó un documento que resalta la importancia de las lenguas catalana, vasca y gallega, aunque rechazó la propuesta formulada por un grupo de filólogos que solicitaban la dotación de plazas para la enseñanza de estas lenguas en todas las universidades españolas. La votación estuvo precedida por una dura polémica.

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La Asamblea General de la Asociación de Historia de la Lengua Española, a la que asistieron 160 miembros de los 850 con que cuenta la asociación, tuvo lugar el miércoles en Sevilla, en el marco del II Congreso Internacional de Historia de la Lengua Española. La asamblea, tras un acalorado debate, optó por "remitirse a la decisión adoptada en el anterior congreso, celebrado hace ahora tres años en Cáceres".En aquella ocasión la junta permanente de la asociación "aprobó mandar al Ministerio de Educación un escrito en términos similares al que ahora proponen los profesores vascos, catalanes y gallegos", según Manuel Ariza, secretario de la asociación. "Lo que se ha aprobado ha sido reiterar aquel escrito, similar al propuesto por los directores de los departamentos de filología catalana, vasca y gallega, pero sin mencionar el tema de la creación de plazas en las universidades, puesto que entendemos que éste es un tema que pertenece a la propia autonomía universitaria y en el que la asociación no debe entrar".

Sensibilización

El apoyo a la propuesta de los directores de los departamentos de filología catalana, vasca y gallega fue virulentamente atacada por un reducido grupo de asistentes y defendida por la mayoría de los profesores participantes en la asamblea. El profesor Gregorio Salvador encabezó el grupo que defendía la improcedencia de que la asamblea se pronunciase al respecto.

"Creo que hay personas muy condicionadas porque viven en un contexto linguístico, muy especial. Son personas hipersensibilizadas ante este tema. Es preciso recordar, por otra parte, que hay profesores que, por defender sus ideas linguísticas, están amenazados de muerte", dice el profesor Ariza, que considera que esa situación se ha reflejado en la discusión".

Para Manuel Ariza, "personalmente, y no como secretario de la asociación", subraya, "es muy tremendo que haya universidades en las que se enseña el eslavo y no las lenguas de España. Deberían articularse medidas políticas para que en todas las universidades españolas se doten plazas de vasco, catalán y gallego. Quizá con ello lograríamos un mejor entendimiento".

El profesor Rafael Lapesa, presidente de la Asociación de Historia de la Lengua Española, académico y ex director de la Academia de la Lengua, cree que es conveniente y necesario que en toda España se tenga conciencia de las literaturas catalana, gallega y vasca. La aportación vasca a la literatura española (desde Unamuno hasta Celaya) es capital. La lengua vasca merece toda clase de respetos por su milenaria tradición y por su influencia en los primeros tiempos de formación del castellano".

"El interés por el conocimiento de estas culturas y literaturas no castellanas", prosigue Lapesa, "por parte de los castellanohablantes es conveniente para reforzar el sentido de cohesión y unidad nacional española. A este conocimiento debe corresponder, como contrapartida, el que no se obstaculice el uso y la enseñanza de la lengua nacional (castellano o español, como se quiera) en las autonomías en las que debe ser cooficial con la lengua regional", concluye Rafael Lapesa.

Para Ricardo Cierbide, profesor de Historia de la Lengua Española de la universidad del País Vasco, "hubo en la asamblea una cierta actitud que mostraba una situación de rechazo excesivamente politizado por parte de una generación que ya no es la actual. Pero la mayor parte de la gente se manifestó mucho más receptiva a compartir el patrimonio linguístico español, coincidiendo con la línea expresada por el Rey en el discurso de apertura".

Más rotunda se manifiesta María Rosa Vila, profesora de Historia de la Lengua Española de la universidad de Barcelona, que considera que "es el momento de olvidar estas tensiones y tomar la realidad tal cual es". "La realidad es que el catalán, el vasco y el gallego son lenguas vivas y lenguas de cultura, y como tales hay que tomarlas".

Para el profesor Fernando González Ollé, de la universidad de Navarra, "tiene que haber un sentimiento de correspondencia por parte de los que hablan catalán, vasco o gallego. Tienen que comprender, por su propio interés, personal, político, cultural y económico, la necesidad del español, lengua común de todos, y que también sirve para que vascos, catalanes y gallegos se comuniquen". "A la asociación" concluye González Ollé, "no le corresponde pronunciarse sobre este tema, ya que interferiría la propia autonomía universitaria".

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