_
_
_
_
Editorial:
Editorial
Es responsabilidad del director, y expresa la opinión del diario sobre asuntos de actualidad nacional o internacional

La unidad alemana

EL ÉXODO de alemanes del Este hacia la República Federal de Alemania pone en evidencia los rasgos específicos que tiene el impacto de la perestroika en el Estado alemán oriental. La indignación, sobre todo entre los jóvenes, contra el cerril dogmatismo de Honecker, se traduce en muchos casos en la decisión personal de ir a vivir a la otra Alemania. Porque un opositor en la RDA -a diferencia de un checo o de un polaco- tiene la ventaja de contar con un país occidental, la RFA, en el que se habla su idioma, en el que se siente en casa y en el que se le reconoce inmediatamente como ciudadano con todos los derechos.El avance hacia la dernowacia y el pluralismo en Varsovia y en Budapest, por rápido que sea, no pone en cuestión la existencia de los Estados de Polonia y de Hungría, y no afecta a las fronteras vigentes en Europa. Pero el triunfo de la perestroika en la RDA, con el reconocimiento del pluralismo político, podría poner en cuestión su existencia misma como Estado. Mucho dependería del marco en el que ese triunfo tuviese lugar. Pero lo cierto es que, si la división de Alemania es la consecuencia de la guerra fría que estalló entre el Este y el Oeste a finales de los años cuarenta, la eventual superación de ese marco geoestratégico invitaría a una revisión M actual estado de la cuestión.

En cualquier caso, es imprescindible dar al problema alemán un nuevo enfoque, dejando en la cuneta ideas acuñadas y arraigadas durante los 40 años de tensión y ruptura entre el Este y el Oeste. La reconciliación franco-alemana, conquista histórica realizada en el marco del avance hacia la unidad europea occidental, no debe ser dañada en la nueva etapa en la que está entrando nuestro continente. Por su trascendencia para el futuro de Europa, hay que enfocar una, eventual unidad alemana con dos preocupaciones: no, despertar los viejos demonios en el Oeste y no levantar barreras al proceso reformador en el Este.

En ningún caso se puede negar al pueblo alemán el, derecho a autodeterminarse, o sea, a unificarse si le, desea. Y es significativo que Gorbachov haya reconocido ese principio durante su visita a Bonn en junio pasado. Pero existen dos formas muy distintas de concebir el avance hacia esa eventual unidad. Una es la del nacionalismo alemán ultrarreaccion ario que aspira a una "gran Alemania" dominante en Europa. Es la tesis de los neonazis, que mezclan su demanda de "unidad alemana" con la de revisión de las fronteras con Polonia. En ese sentido, las declaraciones del general Walters, embajador de EE UU en Bonn, que pronosticó una "pronta" unidad alemana, constituirían una cierta irresponsabilidad, porque sus palabras pueden estimular las corrientes nacionalistas que más preocupación suscitan en Europa.

Haz que tu opinión importe, no te pierdas nada.
SIGUE LEYENDO

El sentido común aconseja enfocar el problema alemán como un proceso gradual. Las reformas en el Este deben permitir la ampliación de las relaciones entre las dos Alemanias en todos los terrenos. Pero mientras permanezcan los actuales bloques militares, no es realista hablar de una "pronta" unidad alemana. A la vez, el mantenimiento de dos Estados en lo militar, en política exterior y de seguridad, no es incompatible con unas relaciones que permitan al conjunto de los alemanes comunicarse libremente y sentirse incluso como viviendo en un solo país. Por otra parte, ese acercamiento interalemán tendrá lugar en una etapa de creciente intensidad de las relaciones entre países europeos.

Por parte de Europa occidental existe, en términos generales, una buena disposición para facilitar que las cosas avancen hacia ese futuro por caminos de sensatez. Voces responsables indican que el "nuevo pensamiento" de Moscú no se opondría a tal proceso. Pero la cerrazón del Gobierno de la RDA es el gran obstáculo. Y el gran estímulo para el rebrote del viejo nacionalismo alemán.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_