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La nueva legislación sobre ayudas al cine será consultada con los profesionales la próxima semana

Jorge Semprún afirma que la cultura europea desborda el marco de los 'doce'

El proyecto legislativo que modificará el llamado decreto Miró, de ayudas id cine, comenzará a circular para consulta entre los profesionales del sector la próxima semana, según anunció ayer el ministro de Cultura, Jorge Sémprún, en una comida organizada por el Movimiento Europeo. Las subvenciones anuales al cine se mantendrán en torno a los actuales 2.500 millones de pesetas. Semprún reiteró que la postura oficial del Gobierno es tender al IVA cero en los libros, y sobre la unión europea comentó: "Algo de supranacional tiene que haber para que Europa unida funcione".

El proyecto legislativo de Cultura que ha de modificar el decreto Miró de ayudas al cine se encuentra ya terminado y será presentado antes de Semana Santa, con lo que se cumple el plazo fijado por él mismo, según dijo Semprún ayer. Con ello "salimos de un periodo de excesiva elucubración en tomo a los problemas del cine para entrar en las soluciones", comentó. Acompañarán al proyecto, que mantiene un monto de subvenciones al cine cercano a los 2.500 millones de pesetas actuales al año, otras medidas ya aludidas por Semprún en las Cortes, como créditos blandos y ayudas fiscales."La posición oficial del Gobierno es la de procurar un IVA cero para el libro, y lo más cercano posible a cero para la industria cultural", dijo Semprún en otro momento, pero ello tiene que lograrse tras una discusión entre los miembros de la CE, que está en curso. Según explicó, existen muchas posibilidades entre el 0% de IVA que se aplica en Inglaterra y el 22% de IVA que se aplica en Dinamarca. En cuanto al disco, el ministro se mostró partidario igualmente de rebajar el IVA correspondiente.

Los ministros de Cultura de la Comunidad Europea se encuentran en su gestión con dos grandes problemas: los presupuestos para Cultura de la Comisión Europea son de segunda categoría, y los asuntos fundamentales en este campo no están en manos de los ministerios de Cultura, un organismo más propio de los países del sur que de los del norte, según acotó, si bien defendió su existencia con calor en varias intervenciones. "Me preocupa que se convierta en tópico el que con las transferencias a las autonomías ya no se necesita ministerio de Cultura". Por el contrario, dijo, el ministerio es necesario para administrar un gigantesco patrimonio cultural, una actividad en aumento que "no produce inflación, y sí por el contrario satisfacción y alegría".

Aunque la presidencia española de la comunidad puede aportar algo, los problemas de la cultura no tienen nada que ver con la presidencia; en este punto Semprún citó al teórico de la crítica George Steiner (autor de Lenguaje y silencio, entre otras obras) para señalar que "desde Lisboa a San Petersburgo, Europa es la de los cafés", esto es, que es más amplia que la establecida por los límites de la Comunidad. "La ciudad europea es la de la diversidad, eso es obvio".

Cien años de incuria

En respuesta a otra pregunta, Semprún señaló que España no ha prestado una atención excesiva a la defensa de su cultura en el exterior -"son cien años de incuria conservadora los que pagamos"- y es urgente acelerar la iniciativa del Instituto Cervantes, esquivalente español de las redes de institutos británicos y Alianzas francesas por el mundo. Sobre la necesaria ley de mecenazgo cultural, Semprún indicó que existe un anteproyecto de ley del grupo Popular que, al margen de sus insuficiencias, podría suponer una ocasión para adoptar una solución mayoritaria en este asunto.

"Yo vengo del área del marxismo-leninismo, que en paz descanse", dijo Semprún en otro momento de un coloquio de dos horas, antes de establecer una a su juicio importante matización gramatical y semántica: en la actual tendencia de los dos bloques europeos al encuentro mutuo no se debe hablar de la apertura al Este sino de la apertura del Este, pues son los países comunistas los que muestran interés por los valores de pluralidad y tolerancia. "La victoria de las ideas democráticas es evidente", afirmó Semprún. "Lo que nos dicen en el Este es 'qué bien la economía de mercado'". Según dijo, en el Este se estudia la experiencia española como un interesante caso de transición de una dictadura a la democracia.

Horas después de que el imán Jomeini lanzase su primera condena a muerte contra el escritor indo-británico Salman Rushdie (luego la ratificaría), las autoridades españolas recibieron una invitación para participar esta primavera en la feria del libro de Teherán. No fue difícil encontrar apoyo nacional y europeo para no asistir, comentó Semprún. Sin embargo, aún no se ha producido respuesta oficial alguna a la idea sugerida por España de realizar una edición multinacional del libro objeto de la polémica, Versos satánicos.

Reticencias a Rushdie

Al primer lamento e indignación generalizados por la sentencia de muerte dictada contra Rushdie ha seguido "como una especie de reticencia", dijo Semprún: que si es un mal escritor... "Es una discusión en la que no vamos a entrar. Es lo mismo que escuchábamos de Soljenitsin hace unos años [novelista soviético, prohibido tras el deshielo de Jruchov]. No vamos a juzgar si Rushdie es o no un buen escritor. De lo que se trata es de hacer frente a un integrismo que hoy puede ser ése y mañana otro, y que perjudica en primer término a los países del Islam que no participan de ese fanatismo".

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