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La película británica del director Andrew Grieve obtiene la Concha de Oro

'Remando al viento', de Gonzalo Suárez, gana el premio a la mejor dirección

El palmarés de la 36º edición del Festival de Cine de San Sebastián proclama ganadora de la Concha de Oro a la película británica On the black hill, de Andrew Grieve; otorga la Concha de Plata a la mejor dirección a Gonzalo Suárez, por Remando al viento, y concede el premio especial del jurado a la polaca Krotki film o milosci (Filme corto sobre el amor), de Krzystof Kieslowski, que así repite galardón, ya que en Cannes'88 figuró de idéntica manera en el palmarés, sólo que por su Krotki film o zabijaniu (Filme corto sobre la muerte).

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FESTIVAL DE CINE DE SAN SEBASTIÁN El mejor intérprete masculino es Fernando Rey, por Diario de invierno y El aire de un crimen, una doble presencia que enseguida le situó entre los favoritos; mientras que se ha considerado que la mejor interpretación femenina es, ex aequo, la de Cipe Lincovsky y Liv Ullman, una decisión que sí puede considerarse sorprendente.El Premio San Sebastián lo comparten dos películas: la hispano-peruana La boca del lobo, de Francisco J. Lombardi, por su valentía de tratar un problema de gran actualidad y común en varios países latinoamericanos -en concreto es el de la lucha armada y la espiral de violencia que desencadena el ejército y de la que acaba siendo víctima la población civil-, y la turca Mushin bey, de Yavuz Turgul, por el interés de su visión sobre la sociedad turca contemporánea y por el trabajo de sus intérpretes.

El comentario que merece este palmarés, al que se llegó después de muchas horas de discusión por parte del jurado, cuyos miembros mantenían entre sí profundas discrepancias respecto alguno de los premios, es el de que se trata de una decisión razonable y equilibrada. No existía ninguna favorita indiscutible pero sí una serie de películas o aportaciones de un nivel más que estimable y era lógico intentar que ninguna de ellas quedara descabalgada. En este sentido, la única verdadera perjudicada es la japonesa Myonichi, de Kazuo Kuroki. Comparte con la polaca el premio de la Fipresci, es decir, el de la crítica, la alemana Tierra de padres, tierra de hijos. On the black hill es una buena crónica familiar, cuya acción transcurre en Gales y empieza a finales del siglo pasado hasta los años ochenta.

Es una película con gran fuerza documental, protagonizada por unos hermanos gemelos, basada en una novela de Bruce Chatwin. Su mayor mérito es la concisión con que retrata un sistema de relaciones sociales y familiares, una sociedad rural en que el nacionalismo galés se mantiene vivo frente al imperialismo inglés. Esta precisión narrativa, así como lo bien que sortea Grieve los peligros del sentimentalismo, se pierden un poco al final, que es algo reiterativo y técnicamente menos logrado.

El reconocimiento a Gonzalo Suárez es justo. Remando al viento es una historia en la que están presente todos los temas que el director ha ido desarrollando a lo largo de su filmografía, repleta de creadores en conflicto con las criaturas de su imaginación. Mary Shelley y su Frankestein han sido la base para de su bien acabado pastiche romántico.

También parece indiscutible premiar a Kieslowski, que logra organizar una ficción a partir de muy pocos elementos, que se van renovando y permiten que los personajes y sus sentimientos progresen a lo largo del filme. Fernando Rey, en dos papeles que no son de protagonismo absoluto, está muy divertido en El aire de un crimen e impresionante en Diario de invierno, donde encarna a un padre-dios dedicado a la eutanasia. Lo de Cipe Lincovsky y Liv Ullman entra dentro del capítulo de las compensaciones. La primera está sobre actuada, la segunda doblada, pero el cine latinoamericano aportan al festival visiones del mundo que son distintas a las habituales del cine de gran consumo. El jurado, en su explicación de voto, hace constar explícitamente que ésas son las razones determinantes de su decisión.

Premio Ciga

Un gran síntoma de buena salud de San Sebastián 88 es la creciente importancia que va cobrando el premio Ciga al mejor largometraje de un debutante, que ha sido para la italiana Francesca Archibugi y su Mignon e´partita, una comedia hecha a base de pequeños toques y que ha sido muy elogiada por su sensibilidad y por los muy buenos retratos femeninos que propone.

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