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Los restos del pintor Guttuso serán exhumados como consecuencia de una demanda de filiación

El supuesto hijo del artista italiano aspira a recibir una herencia de 1.000 millones de pesetas

Juan Arias

Los 1.000 millones de pesetas en que se calcula la herencia del fallecido gran pintor italiano Renato Guttuso van a obligar, con toda probabilidad, a la magistratura a exhumar los restos mortales del artista para determinar si Antonello Cuzzaniti es o no hijo natural suyo. La de Guttuso ha sido una historia, como pocas, cargada de sorpresas, aventuras, conversiones de última hora y golpes de efecto en cadena.

El pintor siciliano, que además de artista de primera plana fue un personaje dentro del Partido Comunista Italiano, vio desencadenarse sobre su vida, cuando el cáncer empezó a carcomer su carne, un vendaval de acontecimientos, muchos de ellos aún sin descifrar, mientras que en las galerías de arte se rifaban sus obras, cuyos precios subieron a las estrellas.El último coletazo de dicha vida aventurera y compleja que va a obligar seguramente a abrir su tumba para analizar algunos de sus cabellos o músculos, ha sido la acción judicial llevada a cabo contra su hasta ahora único heredero legal, Fabio Carapezza, que había sido el secretario particular de Guttuso y que éste, en los últimos días antes de morir, con fuertes apoyos políticos y eclesiásticos consiguió de prisa y corriendo adoptar como hijo a todos los efectos. Parece ser que dicha adopción fue favorecida también por el hecho de que el comunista, ateo de toda la vida, al final se convirtió a la fe católica y recibió los sacramentos, curiosamente de manos de un obispo auxiliar de Roma, Angelini, conocido por su visceral anticomunismo.

La amante oficial

Hubo quien puso en tela de juicio tal conversión, alegando que el pintor ya no estaba en sus cabales y que prácticamente lo habían secuestrado un puñado de amigos y políticos. Fue entonces cuando se impidió llegar hasta él a la famosa condesa Marta Marzzotto, que, aunque de forma discreta, había sido su amante oficial durante casi 20 años y su mejor modelo.

Hay quien asegura que la adopción urgente de Carapezza fue también para evitar que su fortuna acabase en manos de su amante, tras haber reconciliado su alma con Dios. De hecho, cuentan las crónicas que para poder darle la absolución, el obispo Angelini había pedido a Guttuso que descolgara de la cabecera de su cama un desnudo femenino, al parecer un retrato de la amante.

Pero al mismo tiempo, en aquellos días salió a la luz otra historia: la relación, ésta sí que muy secreta, del pintor siciliano con Caria Piro, esposa del ex diputado católico democristiano Roberto Cuzzaniti. Y fue la condesa Marzotto, al verse puesta en la calle durante la larga agonía de Guttuso, quien reveló no sólo la relación sexual y al parecer muy erótica del pintor con la mujer del católico democristiano, sino también la existencia de un hijo nacido de aquella unión secreta. Se trata de Antonello Cuzzaniti, quien durante la vida del artista no entendía por qué éste era siempre tan afectuoso con él. Más tarde le vino la duda de que podía ser hijo del pintor, y hoy que los demás se lo han confirmado quiere reivindicar su derecho al nombre y, por supuesto, a la fabulosa herencia del pintor.

De la relación erótico-sexual muy intensa de Guttuso con Caria ha testimoniado uno de los mayores amigos que tenía el pintor: el ex diputado y poeta comunista Antonello Trombadori, que fue de los pocos que pudieron ver al artista los días de su agonía y que ha confirmado a este corresponsal que la conversión religiosa repentina de Guttuso fue auténtica.

Lo que ocurre es que Trombadori ha revelado también que en el estudio del pintor, en aquella época, con Caria se acostaba no sólo Guttuso, sino otros dos hombres por lo menos. Uno de ellos ha muerto, y el otro, el vivo, Aldo Turchiaro, pintor, se ha presentado voluntariamente a declarar ante los jueces y ha confirmado que es cierto que también otros tenían relaciones eróticas en la casa de Guttuso con la mujer del ex diputado democristiano.

Lo cierto es que el parecido físico de Antonello con su presunto padre es enorme, y de ahí el que los abogados del que se presenta como hijo natural y legítimo de Guttuso hayan conseguido de los jueces de Roma el fumus boni iuris, es decir, el reconocimiento de que existen indicios suficientes para que Antonello pueda defender su causa. Pero al parecer, la prueba, si no absoluta sí muy importante, podría ser la exhumación del cadáver para analizar las células residuales en el pelo y en los músculos del difunto y hacer la prueba del DNA.

Los abogados del presunto hijo secreto de Guttuso han dicho que, si es necesario, exigirán el recurso a esta nueva prueba. Al pintor siciliano, como se ve, se le podría aplicar la famosa comedia irónica del gran Edoardo de Filippo Los exámenes no acaban nunca, mientras que los interrogantes sobre su intensa vida sentimental, empujados por el interés de su no indiferente fortuna, siguen persiguiendo su figura como un destino fatal de los dioses. Triste destino este, ha confiado uno de sus amigos, para un personaje como Guttuso, siciliano de los pies a la cabeza y celosísimo siempre de su vida íntima y sexual.

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