"Defendemos los intereses y la seguridad de EE UU", afirma el jefe militar de los rebeldes
Tiene la mirada fría de un profesional de las armas, pero los dedos se le escapan nerviosamente de las manos cada vez que tiene que dar explicaciones sobre su pasado como coronel de la Guardia Nacional somocista. La presencia en Managua de Enrique Bermúdez, el jefe militar de la contra, ha revuelto los estómagos de muchos de los militantes sandinistas y ha servido para demostrar también que ya cualquier cosa es posible en Nicaragua.
Su papel en la Resistencia Nicaragüense (RN) ha adquirido mayor importancia desde que, hace pocas semanas, la Agencia Central de Inteligencia de Estados Unidos (CIA) le ratificó como su hombre ante los dirigentes políticos de la organización. Bermúdez hace honor a esa confianza: "Estamos peleando por la democracia en nuestro país y, al mismo tiempo, defendiendo de forma directa los intereses y la seguridad de Estados Unidos. Ésta es una lucha ideológica, porque está claro que el régimen sandinista se ha declarado como un régimen marxista-leninista".
Enrique Bermúdez afirma que "la injerencia de la CIA en nuestra organización es puramente administrativa". "Los americanos mantienen enlaces conmigo y con el estado mayor, pero no se involucran directamente".
Antes de la participación deEstados Unidos, Bermúdez relata que las fuerzas de la contra tuvieron asesores militares argentinos. "Nosotros les dábamos, entre 1980 y 1981, información sobre los montoneros que estaban en Nicaragua y ellos nos daban a cambio dinero y otra asistericia. Así empezamos a crecer". Desde una finca que un amigo le prestó en Guatemala, el jefe militar (de la RN planificó en esos años, según recuerda, la primera acción: el lanzamiento desde un avión de una bomba, que no explotó, sobre un cuartel de León en el que se esperaba la visita de Fidel Castro.
Asegura que no se opone a los acuerdos de paz con los sandinistas, aunque cree que en Sapoá la delegación de la contra fue engañada por la del Gobierno; consideira que la reciente crisis de la contra es un problema de "exceso de propaganda", y garantiza que lo que él ratifique como miembro de.la delegación de la RN "será cumplido".
B,ermúdez afirma que no se avergüenza de haber servido a las órdenes de Somoza, porque .el régimen de Somoza no era totalitaxio, era dictatorial corrupto". "Somoza", explica, "no tenía la cantidad de presos que hay ahora en Nicaragua".
En la frontera en los 60 años, Bermúdez dice que no tiene ambiciones políticasy anuncia que, cuando acabe la guerra, se retirará con su familia.
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