LA REFORMA EN LOS DOS GIGANTES COMUNISTAS

Gorbachov afirma que los próximos 3 años decidirán el futuro de la URSS

Moscú - 03 nov 1987 - 00:00CET

El máximo dirigente soviético, Mijail Gorbachov, pronosticó ayer que los próximos tres años serán "complicados, decisivos y críticos" para el proceso de reformas emprendido últimamente en la Unión Soviética. En el solemne discurso pronunciado en el Kremlin para conmemorar el 70º aniversario de la Revolución de Octubre, el número uno de la URSS reconoció que existe una determinada intensificación de la resistencia que oponen las fuerzas conservadoras".

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Gorbachov puso en guardia contra a acción de las "fuerzas del conservadurismo", que, en su opinión, "aprovecharán sin falta cualquier dificultad para tratar de desacreditar la perestroika y provocar el descontento de los tratajadores".Por otra parte, el líder soviético acusó a Stalin de ser plena e imperdonablemente culpable de represiones y arbitrariedades" cuya envergadura no desveló, y anunció que se ha creado una comisión especial encargada de continuar el proceso de rehabilitación suspendido a mediados de los años sesenta.

En un discurso de casi tres horas, Gorbachov hizo un análisis de la historia de la URSS desde la revolución de octubre de 1917, valoró la perestroika y confirmó que los cambios de los próximos tres años "afectarán a los intereses de un gran y creciente número de personas, a grupos sociales y capas de la población y a todos los cuadros".

Refiriéndose a la tercera y cuarta cumbres con el presidente de EE UU, Ronald Reagan, el líder soviético manifestó que en ambas entrevistas buscará "el logro de un avance sensible, de resultados concretos en el problema clave de la eliminación del peligro nuclear: el que concierne a reducir las armas estratégicas ofensivas e impedir la instalación de armas en el espacio cósmico".

Cinco mil personas, entre ellas muchos delegados extranjeros, escucharon el discurso de Gorbachov en el palacio del Congreso del Kremlin. En la sexta fila del patio de butacas, vestida de rojo, estaba Raisa Gorbachova, la esposa del dirigente. También asistieron al acto representantes del PSOE, del PCE y del Partido Comunista de los Pueblos de España.

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En relación a sus próximos encuentros con Ronald Reagan, que Gorbachov abordó conjuntamente, el líder soviético insistió en que éstos deben ser algo más que "el mero acto de consignar formalmente los puntos en tomo a los que se concertó hace un año, más que una simple continuación de la discusión". Gorbachov se refería al acuerdo sobre fuerzas nucleares de alcance medio, que "en lo fundamental" ya había sido resuelto en Reikiavik", dijo.

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