'Palmetazos' simbólicos del líder a Eltsin y Ligachov

Dos advertencias de Gorbachov -a quienes prefieren "contabilizar los deslices", y a quienes revelan un celo e impaciencia desmesurados"-, fueron interpretadas por los observadores como sendos "palmetazos" simbólicos a Egor Ligachov y Boris Eltsin, los dos miembros de la dirección soviética cuyas diferencias se airearon en el último pleno del Comité Central.Egor Ligachov, miembro de pleno derecho del Politburó y secretario del Comité Central, y Boris Eltsin, miembro suplente y jefe del partido en Moscú, estaban ayer en el Palacio de Congresos del Kremlin sobre un escenario que recordaba a un iconostasio (altar elevado) de la iglesia ortodoxa rusa, por su separación de espacios. Un arco blanco dejaba ver un fondo intenso rojo, y en el umbral estaba la figura de Lenin.

Ligachov estaba en la primera fila, junto con Andrei Gromiko y Nikolai Rishkov, presidente del Presidium del Soviet Supremo y jefe de Gobierno, respectivamente, y otros miembros del Politburó. Eltsin, que presentó su dimisión y criticó a Ligachov en el último pleno, aplaudió a Gorbachov cuando criticó a quienes "no desean tomar en consideración la lógica objetiva de la perestroika, se muestran descontentos por los ritmos a su juicio demasiado lentos, de las transformaciones que supuestamente tardan en reportar los frutos necesarios".

"Debe estar claro", sentenció Gorbachov, "que no es posible saltar etapas ni procurar hacerlo todo de un golpe". "Ya hoy", había dicho en otro momento el líder, "nos encontramos con gente que prefiere contabilizar los deslices en vez de arremangarse para combatir los tropezones y buscar nuevas soluciones".

Gorbachov advirtió que "las consecuencias del inmovilismo, del estancamiento y la indiferencia son mucho más considerables y onerosas que los costos provisionales que surgen en el proceso de promoción creativa de nuevas formas de la vida social".