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Dos estudiosas preparan un censo de autoras que han publicado en catalán, vasco y gallego

Dos investigadoras -la norteamericana Kathleen McNerney y la española Cristina Enríquez- coordinan una serie de colaboradores para establecer el censo de escritoras que han dado las literaturas catalana, gallega y vasca. Este trabajo, que finalizará el año próximo, se publicará en Estados Unidos, y existe el proyecto de realizar una edición catalana.

Kathleen McNenley es profesora de la Universidad de West Virgina (Estados Unidos). En 1984 se incorporó a la redacción de Women Writers of Spain, trabajo publicado el año pasado. "Cuando me llamaron para colaborar en esta investigación comprobé el des conocimiento existente sobre las literaturas catalana, vasca y gallega". Fue a partir de este trabajo cuando planteó la conveniencia de realizar una investigación específicamente destinada a las escritoras en las citadas lenguas. Al trabajo de coordinación se incorporó Cristina Enríquez, que había realizado un trabajo de catalogación de escritoras peninsulares del siglo XIX para el Instituto de la Mujer. Ambas investigadoras explicaron a este diario que el trabajo consiste en dar noticia de la existencia de las citadas escritoras incorporando tanto los datos biográficos y el contexto social en que vivieron, como una descripción de su obra. Para las investigadoras se trata de rehuir una valoración critica del trabajo de las autoras censadas y, en primera instancia, suplir un desconocimiento de su propia existencia. Las dos investigadoras consideran que los trabajos de erudición, en su mayoría a cargo de hombres, han marginado la obra literaria de muchas escritoras silenciando su existencia o, en algún caso, escogiendo de su obra la que presenta más claros caracteres de una hipotética femineidad. Otras escritoras tuvieron un reconocimiento tardío, como Mercé Rodoreda.

Machismo

Cristina Enríquez comenta, por ejemplo, que los primeros trabajos de Victor Catalá fueron bien acogidos porque se desconocía que el seudónimo ocultaba a una mujer. "Cuando se supo, empezaron a publicarse comentarios negativos en la línea de que la crudeza de algunos relatos no se avenía a la condición de mujer de la escritora". Otro caso similar es el de una monja de Pedralbes que vivió el siglo pasado y que, a su muerte, la obra fue recogida por el abate Cullell, quien censuró todos los poemas de contenido político y solamente publicó los de argumento místico. Para Enríquez, se trata de acercarse a la obra de estas escritoras con respeto. "Hay un cuerpo de obras literarias importantes que se deben dar a conocer y, posteriormente, valorar".Las responsables del proyecto calculan que en Cataluña han existido o trabajan actualmente unas 300 escritoras. En el País Vasco calculan que se puede establecer un cense, de 5 o 6 y en Galicia piensan reseñar una treintena de autoras.

La diferencia estadística que se puede determinar entre las literaturas catalanas, por un lado, y, vasca y gallega, por otro, lo atribuyen las investigadoras a diversas razones. "La burguesía catalana, sobre todo con la Renaixenga, tiene una clara voluntad de conservar el patrimonio cultural propio. Por otra parte, las condiciones sociales de la mujer son distintas en cada una de estas sociedades y, particularmente en el caso vasco, encontrarnos una cultura básicamente de tradición oral".

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