Roberto Viola, un militar frío
El teniente general retirado Roberto Eduardo Viola, de 61 años de edad, es hijo de emigrantes italianos sin ninguna tradición militar, nació en un barrio obrero de Buenos Aires e inició su carrera castrense en 1942. Desempeñó el papel de consejero de la delegación argentina en el Grupo de Defensa Interamericana.Viola fue considerado el cerebro del golpe de 1976 contra la presidenta constitucional, María Estela Martínez de Perón, viuda de Juan Domingo Perón, acción que llevó al poder a la junta militar presidida por el general Jorge Videla. A Viola le tocó dirigir la acción del Ejército contra la guerrilla y se retiró en 1979 con el cargo de comandante en jefe del Ejército, puesto que también había ocupado Jorge Videla.
Grave crisis económica
Viola asumió la presidencia de Argentina en marzo de 1981 entre la pasividad ciudadana y una grave crisis económica; heredó el cargo de su amigo Videla, a quien había seguido durante gran parte de su carrera militar. El nuevo presidente tenía entonces fama de militar liberal en un Ejército de amplia tradición golpista, de hábil negociador que prefería escuchar antes de hablar y de hombre frío en los momentos de presión; un jugador que nunca muestra su última carta.
Últimamente, Viola se ocupaba de organizar la defensa conjunta de todos los oficiales retirados con quienes integraba la clandestina Comisión de Preservación de las Fuerzas Armadas. Durante el juicio, Viola fue el único de los nueve acusados que rechazó el proceso; reclamó su juez natural -la justicia militar- y era defendido de oficio.
Roberto Eduardo Viola fue hallado culpable de privación ilegal de la libertad, con violencia y amenazas en 86 ocasiones, con tormentos reiterados en 11 ocasiones, y con robo reiterado en tres ocasiones.
El fiscal pidió para él cadena perpetua; fue condenado a 17 años de prisión.
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