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El Kremlin pretende convencer a los europeos de que deben distanciarse de EE UU

Pilar Bonet

El viaje que hoy inicia Mijail Gorbachov a Francia tiene como principal objetivo potenciar el papel de Europa occidental como interlocutor de la Unión Soviética, al mismo tiempo que trata de convencer a esta parte del continente de que sus intereses divergen de los norteamericanos -especialmente en la Iniciativa de Defensa Estratégica (SDI)- y de que tienen posibilidades de una afinidad mayor y más ventajosa que hasta el momento con Moscú y sus aliados.

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Ésta es la idea de fondo subyacente a los comentarios de la Prensa soviética publicados con ocasión del viaje de Gorbachov, el primero que realiza un máximo dirigente de la URSS a un país occidental desde los tiempos de Breznev. Los comentaristas, proclives a recordar las conferencias de Yalta y Potsdam - base de la actual partición de Europa en bloques de influencia- cuando se trata de los aliados de Moscú, actúan, hasta cierto punto, como si esta división no existiera al referirse a la visita del número uno soviético a París.Así, la agencia Tass atacaba duramente al presidente norteamericano, Ronald Reagan, acusándole de tratar de presionar a Francia y de dictarle la política a seguir. Refiriéndose a la entrevista con Reagan publicada por Le Figaro, Tass señalaba que Reagan intenta ordenar a París "cómo y sobre qué mantener conversaciones" con el "importante huésped de la URSS". "Washington, como antes y ahora especialmente, quisiera que Francia contemplara el mundo a través de las gafas americanas. Pero este país, como Europa en su totalidad, tiene sus propios intereses", afirma la agencia.

Críticas a la 'cumbre'

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En otro comentario, Tass criticaba la convocatoria por Reagan de una cumbre de países industrializados el 24 de octubre, señalando que Washington quiere ejercer una presión sobre los aliados. Afirmaba que ciertos círculos de Washington "tratan con todas sus fuerzas de sembrar entre los aliados la desconfianza hacia las iniciativas pacíficas de la URSS" y llevar las cosas no hacía el éxito del encuentro soviético-norteamericano, sino "hacia el enfrentamiento".

Por otra parte, el Comecon, el mercado común socialista, -ha contestado a una carta de la CEE sobre el establecimiento de relaciones entre ambas organizaciones económicas europeas. Según Tass, la carta fue entregada al embajador de Luxemburgo en Moscú, Guy de Muyser, por ser Luxemburgo el país qué actualmente dirige la comisión de la CEE. La correspondencia fue iniciada la pasada primavera con una carta del Comecon y el tema salió a relucir durante la visita que el jefe del Gobierno italiano, Bettirio Craxi, realizó a Moscú el pasado mayo.

Gorbachov reavivó la idea de las relaciones directas entre el Comecon y la CEE, cuyos escasos contactos formales se remontan a la pasad a década. Según Gorbachov, "es hora de establecer entre las numerosas organizaciones existentes en el continente europeo relaciones recíprocamente ventajosas en el terreno económico". La eventual reactivación, que entraña considerables problemas prácticos, tiene especial importancia sobre el telón de fondo de las reticencias occidentales a participar en la SDI y el empeño de la URSS en garantizar un comercio exterior no sometido al peligro de los embargos norteamericanos. En un artículo publicado ayer en soviietskaia Rossia se decía que las relaciones entre Francia y la URSS pueden ser "el puente de fortalecimiento de los contactos de negocios y políticos entre Europa del Este y Europa occidental".

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Sobre la firma

Pilar Bonet
Es periodista y analista. Durante 34 años fue corresponsal de EL PAÍS en la URSS, Rusia y espacio postsoviético.

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