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Bob Geldof, organizador del concierto 'Ayuda viva', aceptaría el Nobel de la Paz

El padre de la criatura, Bob Geldof, un irlandés desgarbado de más de 1,90 de estatura y un peso de sólo 70 kilos, que ha sido propuesto para el Premio Nobel de la Paz por un miembro del Parlamento noruego y otro del británico, ha declarado que aceptaría este premio si se lo dieran, y dedicaría el importe a la organización de ayuda que ha creado. Geldof está exultante después del éxito de su concierto del fin de semana; éste congregó en los estadios de Wembley, en Londres, y John F. Kennedy, en Filadelfia, a grandes estrellas de rock para recabar fondos con destino a las víctimas del hambre en Africa.

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Ya van 11.500 millones de pesetas recaudados

Y no es para menos. Porque su esfuerzo de organización del concierto Ayuda viva (Live Aid), retransmitido por las cadenas de radio y televisión de 160 países, con una audiencia de 2.000 millones de personas, más del doble de la registrada para ver la llegada del primer hombre a la Luna, ha conseguido levantar más de 50 millones de libras (unos 11.500 millones de pesetas) en donaciones en los cinco continentes, una cantidad equivalente al 1,5% del producto interior bruto de Etiopía, uno de los países destinatarios de la ayuda conseguida.Geldof, de 32 años, hijo de un comerciante de Dublín y cuya fortuna musical estaba en decadencia desde 1981, en que su grupo, los Boomtown Rats, no ocupaba un puesto de honor en el ranking de las casas de discos, ha sido propuesto oficialmente para el Premio Nobel de la Paz por el miembro del Parlamento noruego Sissel Ronbeck y por un diputado del Partido Laborista británico, propuestas a las que se unirá muy probablemente el Gobierno irlandés antes del próximo octubre, fecha en la que se conocerá el galardón.

El cantante, cuyos discos más conocidos son Rat trap y I don't like mondays, hizo ayer un llamamiento a los Gobiernos de todo el mundo para que siguieran el ejemplo de la industria musical y "se volcaran en ayudas para África". "Esto ha sido la chispa que empujará a los Gobiernos a hacer lo que 2.000 millones de personas (la audiencia mundial del concierto) quieren que hagan", manifestó.

Los organizadores de Live Aid han manifestado que los fondos serán distribuidos de acuerdo con las necesidades que expresen las agencias de ayuda especializadas, tales como OXFAM y el Fondo para Ayuda de los Niños.

Inversiones en proyectos

Las naciones receptoras serán Etiopía, Sudán y los países subsaharianos y, según Geldof, la ayuda se invertirá no sólo en los casos más urgentes, "sino en proyectos a largo plazo, tales como regadío y mejora de las técnicas agrícolas, con el fin de que esos países puedan hacer frente a crisis futuras".

Sin embargo, un experto en África, Lloyd Timberlake, autor del libro África en crisis, ha expresado sus dudas sobre la eficacia de la ayuda, debido principalmente a la ineficacia de los Gobiernos de los países a la que va destinada. El sábado, el periódico londinense Daily Express informaba desde Yibuti que varias toneladas de alimentos almacenados en ese puerto se estaban pudriendo ante la negativa del Gobierno etíope de facilitar camiones para su distribución.

Precisamente, el transporte es una de las máximas preocupaciones de los organizadores de Live Aid, y a este respecto, uno de los primeros proyectos que ha sido puesto en marcha ha sido la compra de camiones y repuestos para la distribución de alimentos en las provincias occidentales de Sudán. Según han calculado los organizadores, las primeras ayudas pueden llegar a las regiones afectadas en un plazo de seis semanas. El director del proyecto, Kevin Jenden, y el administrador del fondo, Philip Rusted, piensan trasladarse a Sudán antes de fin de mes con el propósito de discutir con las agencias especializadas, sobre el terreno, la prioridad de las necesidades.

Incidentes entre cantantes

Entre tanto, el diario de más venta en Londres, The Sun, con una circulación superior a los cuatro millones de ejemplares diarios, reveló ayer que una serie de incidentes entre varios intérpretes amenazó con convertir el show en un caos, incidentes en los que siempre tuvo que mediar Bob Geldof.

El más serio de estos incidentes se produjo cuando los miembros del grupo The Who, reunido sólo temporalmente para la actuación en Wembley, protestaron porque sólo habían podido ensayar durante media hora. El grupo se disolvió hace unos meses y sólo la persuasión de Geldof consiguió reunirlos para la actuación en Wembley. El hijo de John Lennon, Julian, canceló su actuación en el último minuto sin ninguna explicación previa, y Paul McCarthy estuvo a punto de retirarse del escenario cuando se produjo un fallo en el sonido mientras interpretaba su única contribución, la famosa Let it be.

Pero a pesar de estos incidentes que no trascendieron en un momento a las 72.000 personas que abarrotaban el estadio de Wembley ni a las 90.000 que asistieron en el estadio John F. Kennedy de Filadelfia, el concierto fue un éxito sin precedentes de audiencia, de recaudación y de técnica. Las imágenes fueron retransmitidas a todo el mundo a través de una serie de enlaces que hizo precisa la utilización de 14 satélites.

Tras la conexión con Filadelfia, las actuaciones de los diversos intérpretes se rotaban sin interrupción de continente a continente, con insertos de grupos de Australia, Nueva Zelanda y varios países del Este y Oeste de Europa, incluida la Unión Soviética.

Todos los asistentes a Wembley pagaron por sus entradas, incluida la Prensa. Los precios eran de tres categorías: 25 libras (5.750 pesetas) la entrada normal, 100 libras (23.000 pesetas y para los periodistas y unas pocas entradas de lujo al precio de 250 libras (unas 57.000 pesetas) que daban acceso a las tribunas. La venta de entradas en Wembley produjo una recaudación de dos millones de libras (unos 460 millones de pesetas), y la de Filadelfia, cinco millones y medio (unos 1.265 millones de pesetas).

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