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Los refugios antiaéreos de la guerra se convertirán en Valencia en salas de exposición para artistas jóvenes

Tres de los refugios antiaéreos construidos durante la guerra civil en Valencia se convertirán durante los próximos meses en salas, de exposición dedicadas a los artistas jóvenes, tras un largo proceso de reparaciones y habilitación que ha conseguido mudar la imagen siniestra que estos locales pueden conservar todavía para buena parte de la población. A partir de la iniciativa de tres jóvenes artistas valencianos, Mayte Bohorques, Carlos Albert- y Antonio Teruel, las instituciones municipales y autonómicas han emprendido la aventura de dotar a la ciudad de una serie de originales locales destinados a la promoción de los pintores, escultores, diseñadores, músicos y poetas jóvenes, en los que éstos podrán exponer y dar a conocer sus obras de forma gratuita.

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Un puente con la calle

Ésta es, seguramente, la primera vez en Europa que van a utilizarse los refugios bélicos como ámbitos culturales y sociales al servicio del ciudadano. La elección de estos locales no ha sido caprichosa, sino que se ha basado en las características físicas y en la connotación protectora que los refugios sugieren. En su interior, ahora limpio, pintado de blanco y dotado de todos los servicios técnicos y sanitarios necesarios, caben unas 100 personas, aunque tan apretadas y acurrucadas como se supone que deben colocarse los refugiados en esos casos. Unos largos pasadizos, estrechos y angostos, conducen a la sala central, una nave cuadrada o rectangular de unos 100 metros cuadrados, sostenida por macizos pilares de hormigón.Cada refugio tiene dos salidas a calles distintas, aunque muchos de ellos han sido ya modificados, destruidos o convertidos en cómodos cimientos para nuevas edificaciones.

Los tres primeros refugios acondicionados para convertirse en salas de exposición se encuentran en el barrio antiguo de Valencia, en las calles de Gobernador Viejo, Espada y Serranos. Uno de ellos estaba abandonado; otro, ocupado por viviendas particulares, y el tercero, convertido en casal fallero. El Ayuntamiento de Valencia ha realizado las gestiones necesarias para recuperar los refugios para su uso público, ya que a pesar de pertenecer al patrimonio municipal, su utilización corresponde a Protección Civil, que, hubo de otorgar los permisos necesarios, para la reconversión en salas de exposiciones. Mayte Bohorques y Carlos Albert se han dedicado dufante los últimos meses a patear despachos, pasillos y oficinas oficiales, realizando los trámites un prescindibles, pero han dirigido también, con la ayuda de los equipos municipales cedidos por el Ayuntamiento, las operaciones de limpiado y habilitación de alguno de estos tefugios, cubierto por una espesa capa de fango y agua. desde hace largos años.

La movida

Los tres jóvenes artistas han realizado, con la colaboración de expertos en vanos campos, un ambi cioso Proyecto que fue aceptado por las delegaciones de Cultura y Juventud del Ayuntamiento con verdadero entusiasmo. En el mis mo se fijan como objetivos la promoción del arte joven valenciano, la elevación del nivel cultural de la ciudad y el impulso a la llamada movida artística valenciana, cuyos protagonistas a menudo han de dirigirse a otras ciudades o a otros" paísel para exponer y dar a conocer su creación. "Pintores, escultores, diseñadores, músicos y poetas jóvenes podrán hacer públicas su obras sin necesidad de entrar en los circuitos comerciales de las galerías, a menudo vedados a los ar tistas inoveles, sin pagar por exponerlas pero con autorización para ponerlas a la venta", según explica Mayte Bohorques.

El proyecto no tiene finalidad lucrativa y se financiará a través de los presupuestos institucionales, gestionado por un consejo plural en el que intervendrán representantes del Ayuntamiento y de las consejerías, profesionales y miembros de los diversos núcleos artísticos de la ciudad.

Además de exposiciones, los re fugios servirán de marco a diver sas actividades culturales, como lecturas de poemas, actuaciones, representaciones y conferencias, y dispondrán de un servicio de información sobre becas, cursos y ayudas para jóvenes artistas. Las muestras expuestas, a un ritmo previsto de una por semana, se promocionaran en prensa y carteles. Según Mayte Bohórques, los refugios no supondrán competencia alguna para las galerías comerciales, que no suelen prestar atención a los jóvenes, y sí, en cambio, realizarán un trabajo positivo de descubrimiento de talentos.

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