Ronald Reagan quiere imponer su programa espacial, según Moscú
El principal objetivo del presidente Ronald Reagan en la cumbre de países industrializados de Bonn es obligar a los aliados de Estados Unidos a sumarse al proyecto de la guerra de las galaxias en calidad de subordinados.Ésta es la idea central que se expresa en los abundantes comentarios críticos publicados por los medios de comunicación soviéticos con motivo de la reunión de los dirigentes de los siete países occidentales más industrializados, iniciada ayer en la capital de la República Federal de Alemania (RFA).
En general, y corno en ocasiones anteriores ante este tipo de cumbres, las críticas soviéticas hacen hincapié en las contradicciones existentes entre Washington y sus aliados, y ponen especial énfasis en los países europeos. La agencia soviética Tass escribía ayer que Reagan "tiene intención de ejercer presión masiva sobre los aliados para arrastrarlos al programa de investigación militar espacial" y utiliza para ello sus "recursos científico-técnicos y financieros". El órgano del Gobierno, el diario Izveztia, a su vez señalaba que los aliados de Washington tendrán que "seguir sin objeciones el rumbo de militarismo, agresión y aventurerismo dirigido al enfrentamiento con los países de la comunidad socialista y también a la represíón de los movimientos de liberación nacional".
Los argumentos utilizados responden a varios modelos bien acuñados por la reiteración, además de incorporar los elementos coyunturales, que este año se centran en las sanciones del presidente Reagan contra Nicaragua y la ocurrencia de visitar el cementerio de Bitburg, donde hay enterrados miembros de las SS hitlerianas.
Otro de los asuntos; objeto de críticas es la cotización del dólar, "mantenida artificialmente a elevado nivel", en contra. de los intereses de los aliados europeos. Para la agencia Tass, Washington no tiene interés en hacer concesiones a sus aliados, y su política económica internacional "está emparentada con el rumbo de la política exterior..., fundada en los imperativos, presiones y satisfacción de los codiciosos intereses de los monopolios americanos".
Aunque Japón y Canadá son Estados participantes en la cumbre de Bonn, los comentarios soviéticos se concentran más en los países de Europa occidental, a los que tratan de evidenciar que sus intereses no están al lado de EE UU. Según Tass, en Washington "existe una especial necesidad de influir a los aliados, debido a la respuesta favorable provocada en Europa occidental por las últimas propuestas de paz soviéticas".
La vieja cuestión de los intereses europeos desde el punto de vista soviético ha sido objeto esta semana de un curioso artículo publicado por el diario Pravda en lugar destacado. El artículo, firmado, trata del papel de los "paÍses pequeños y medianos de Europa" en la vida intemacional. A la categoría de "pequeños países" quedan reducidos todos los Estados europeos occidentales, con excepción de Francia, el Reino Unido y la RFA, que parecen perfilarse como los únicos interlocutores con personalidad propia independiente, de acuerdo con una lectura atenta del texto.
En el mismo grupo, e independientemente de su tamaño, se coloca a España, drecia, Holanda, Bélgica, los países nórdicos y Luxemburgo, de cuyo tejado más alto en la capital se ve, en los días de buen tiempo, "el territorio de todos los Estados vecinos". Los países pequeños de Europa -incluídos los enanos, como Liechtenstein, Andorra y San Marino- sufren, según Pravda, de los vicios del sistema capitalista y viven en él como si estuvieran en una frágil casa de cristal.
Dado que muchos de estos Estados están altamente desarrollados y dependen de la exportación, el remedio a su fragilidad está, según el artículo, en el desarrollo del comercio y las relaciones económicas con el mundo socialista. Defiende la idea de neutralidad de Europa y pone como ejemplo las relaciones soviético-finlandesas y las de otros Estados que, corno Austria, Suecia y Suiza, "no pertenecen a organizaciones político-militares".
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