La CEE abre un período de reuniones permanentes para intentar finalizar en marzo la negociación con España

"Hay método, pero no contenido" para proseguir las negociaciones de adhesión entre España y la CEE. Este juicio del ministro de Asuntos Exteriores, Fernando Morán, resume lo ocurrido ayer en Bruselas. Los diez se reunirán de nuevo en sesión extraordinaria, entre ellos, el 28 de febrero. El próximo lunes, el secretario de Estado, Manuel Marín, emprenderá reuniones semipermanentes con los representantes del los diez en la CEE. Pero algo se mueve en la Comunidad en el tema de la ampliación. Todavía el objetivo oficial es terminar la negociación antes del 31 de marzo. A nivel ministerial habrá dos sesiones más de negociación: el 8 y el 19 de marzo.

Para ello, la sesión de negociación del lunes 18 y martes 19 de marzo debe ser la decisiva, y según Morán esta reunión podría empezar el domingo anterior y no quedar limitada en el tiempo.Las declaraciones de Felipe González en el sentido de que España ha llegado al límite de las concesiones que puede hacer a la CEE han de ser tomadas "con toda seriedad y no deben ser subestimadas", declararon ayer altas fuentes diplomáticas alemanas. Por su parte, la Presidencia italiana de los diez dejó claramente sentado, por primera vez, que no se podía ofrecer a España posturas discriminatorias en materia pesquera.

La delegación española, presidida por Fernando Morán, entabló por la tarde conversaciones informales con la Presidencia italiana y con la Comisión Europea, además de otros encuentros bilaterales. Sorpresa a media tarde: Morán y el ministro portugués eran invitados a cenar por los diez, pero esto fue un acontecimiento social más que otra cosa. Morán señaló que "las explicaciones y las mejoras en la presentación producidas pueden permitir acercamientos", pero reconoció que "no ha cambiado nada ni hay aún propuestas distintas". Pero el ministro no tiene garantías de que el 28 de febrero la CEE flexibilice sus posiciones.

Antes de la cena, se celebró una sesión formal de negociación, en la que Morán hizo una declaración "serena concisa y firme", y presentó un documento sobre las relaciones con America Latina.

El escollo fundamental siguió siendo la pesca. La banda de los cinco -Reino Unido, Irlanda, Francia, Dinamarca y RFA- insistió en rechazar las propuestas de compromiso de la Comisión (que España también rechaza, por razones opuestas), alegando que la CEE debía volver a las propuestas de diciembre: un período transitorio de 10 años, reducible a ocho o ampliable a 15, para la pesca española con licencias en aguas de los diez.

La pesca y el vino son dos cuestiones en las que España no transigirá, porque "nos hace daño en el hueso de nuestra economía", según la versión española. España no acepta tampoco que, mientras le reducen su capacidad pesquera y su flota en los próximos siete años, amordazando de hecho el aumento de nuestras capturas en aguas comunitarias, los países de la banda de los cinco tengan justamente planes para aumentar en este período sus propias flotas y sus capturas.

En cuanto al vino, España rechaza la penalización a nuestras exportaciones por el solo hecho de que nuestros productos resulten más baratos. Y en agricultura Francia tiene muchos recelos ante las propuestas de la Comisión. Pero la RFA parece dispuesta a ser más flexible en aceite de oliva.

Queda un mes y medio

España mantiene sus mínimos, "aunque hay todavía", según el ministro de Exteriores, "un margen de maniobra, y vamos a intentar desbloquear la situación ahora y en marzo". "La negociación con la CEE ha cobrado tal importancia en la vida política española que es necesario jugar la partida hasta el final, y no dar pretexto a la Comunidad para que culpe a España". Y si Francia decía que la pelota está en el campo español, Morán afirma que eso es una ingenuidad, pues "si la pelota que nos manda no es redonda, sino un poliedro, no se puede contestar".

La llegada de Morán al edificio del Consejo de Ministros de la CEE en la tarde de ayer para una entrevista con el presidente de turno, el italiano Giulio Andreotti, cobró aspectos de auténtica apoteosis, con una explosión de interés sin precedentes por parte de la Prensa y de las cámaras de televisión europeas. Se esperaba un puñetazo español sobre la mesa, que no ocurrió, porque España adoptó una posición más sutil, como luego expresó públicamente en una multitudinaria conferencia de prensa, en la que fue realmente el superstar de los acontecimientos -o de la falta de ellos- de ayer.

En un comunicado oficial, Grecia recordó ayer que no dará su acuerdo a la ampliación si no hay una solución al problema de los programas integrados mediterráneos, para la cual exige una rápida propuesta a la Comisión, de modo que el tema quede resuelto antes de la cumbre de marzo. Los diez proseguirán hoy su reunión y recibirán a los portugueses. En cuanto a los problemas presupuestarios de la CEE, Genscher se opuso a todo aumento, directo o indirecto, de los recursos legales de la Comunidad antes del 1 de enero de 1986 y de la adhesión de España.

En su declaración sobre America Latina, España pide que tras la adhesión se negocie un acuerdo global -comercial, financiero, económico y de cooperación- entre la CEE y esa zona. España pide que figure una declaración en este sentido en el tratado de adhesión.