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La tregua firmada en Colombia con los grupos guerrilleros empieza a dar frutos positivos

A un mes de firmarse la tregua con los grupos guerrilleros de Colombia, la mayoría de los gobernadores ha reconocido, durante una reunión celebrada con el presidente, que en términos generales la fórmula funciona positivamente, aunque el secuestro siga siendo práctica común en algunos departamentos. El ministro de Gobierno, Jaime Castro, afirmó que, aun en medio de dificultades, "se está alcanzando progresivamente la paz en todo el país a partir de los acuerdos de tregua".

El presidente Belisario Betancur reiteró que seguirá buscando la paz por la vía del diálogo, pero enfatizó al mismo tiempo que la regla de oro de todo el proceso es el respeto a las instituciones democráticas. Con ello trata de superar los recelos de un Parlamento temeroso de que se le suplante en su función legislativa.Algunos dirigentes del Movimiento Diecinueve de Abril (M19) han acudido días atrás a los pasillos del Congreso para explicar, por su parte, el alcance del diálogo nacional, todavía no iniciado formalmente. De esta misión se han encargado los dirigentes Andrés Almarales, Israel Santamaría y Antonio Navarro Wolf, mientras los líderes más molestos para el Ejército permanecen aún en la clandestinidad.

Discutir los grandes temas

A diferencia del Ejército Popular de Liberación (EPL), que le asigna un carácter constituyente, la interpretación del M-19 se aproxima más a la del presidente: se trata de discutir abiertamente los grandes temas de la nación para lograr acuerdos que en última instancia serán sometidos a las cámaras. El propio Betancur dice a propósito del diálogo: "¿Qué hay de malo en mirar la situación de la salud en el país, de la protección a los colombianos, para buscar fórmulas más dinámicas de trabajo y solución? En este y otros casos no podemos sentirnos con la verdad revelada, ni sugerir que porque discutimos el tema el Gobierno le está entregando el país a la revolución comunista o como se llame. Tenemos que salir de la inmadurez intelectual y entender que el pluralismo democrático del que tanto se escribe debe volverse una realidad, no un arma retórica para esconder un espíritu antidemocrático.El Gobierno ya ha dado muestras de su respeto a las cámara con el envío de varios proyectos de ley vinculados a la tregua: reforma agraria, indulto, reforma de la administración pública y reforma electoral. El ex presidente Carlos Lleras ha criticado el borrador sobre propiedad de la tierra por entender que se redactó para favorecer a los guerrilleros en paro.

En materia de orden público, el conflicto más serio se registró hace unos días en el departamento de Caldas, donde el Ejército sorprendió a una columna del EPL que estaba acampada, dejando un saldo de ocho guerrilleros y dos oficiales muertos. El líder insurgente William Calvo dio un ultimátum de 24 horas al Gobierno para desmilitarizar la zona, amenazando con romper la tregua.

El presidente rechazó de plano esta exigencia, y en su reunión con los gobernadores les instó a emplear, "sin arrogancia pero con ecuánime firmeza, los instrumentos del Estado en la prevencion del delito y la captura de los delincuentes". Cree necesario combinar "el diálogo sereno con la función policial". En términos enérgicos aseguró que el Ejército no se retirará de ninguna zona del país.

El mayor fracaso del EPL con su ultimátum lo cosechó en las otras dos organizaciones guerrilleras firmantes de la tregua. Justo al día siguiente las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) y el M-19 hacían público un comunicado conjunto anunciando su decisión de respetar la tregua en los términos pactados.

Junto a los problemas planteados por la excesiva militarización de algunas zonas rurales, lo que ha impedido en cuatro ocasiones a las FARC integrarse en la comisión de verificación, subsiste el recelo ante la vigencia del estado de sitio. Hace una semana, el Consejo de Seguridad decidió que aún no había condiciones para su levantamiento. Las guerrillas insisten en la necesidad de regresar a la normalidad civil, pero no han puesto demasiado énfasis en la anulación del estado de sitio mientras se utilice, tal como se fundamentó, para combatir el narcotráfico.

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