Reividican en La Coruña el caracter abierto y plurilingüe de la revista literaria 'Alfar'
El desconocimiento y la autarquía siguen caracterizando las relaciones culturales entre las comunidades hispanas y de éstas con Portugal y Latinoamérica, pese a las nuevas circunstancias políticas y a las declaraciones de buena voluntad. Escritores, críticos y artistas procedentes de esos ámbitos, convocados con motivo de la reedición facsimilar de la revista Alfar, una singular experiencia literaria de los años 20, han clamado en La Coruña por la creación de vehículos culturales de intercambio, con carácter abierto y plurilingüe.
Las calles de un barrio de reciente construcción en el extrarradio coruñés llevan, a partir de ayer, los nombres de Rafael Alberti, Antonio Machado, Vicente Aleixandre, Jorge Guillén, Federico García Lorca, Pablo Neruda, Miguel Hernández, Dámaso Alonso, Gerardo Diego y Rafael Dieste. Con el propio Alberti como testigo de excepción, este acto simbólico de reconocimiento a la literatura en algunos de sus más destacados protagonistas de este siglo sirvió de colofón a la semana conmemorativa de la revista Alfar, un crisol cultural sin precedentes, que dio cabida a las creaciones gráficas y literarias de ambos lados del océano.
Reencuentro
La presencia de intelectuales como Francisco Ayala, Mario Benedetti, Camilo José Cela, Gonzalo Torrente Ballester, Nelson Marra, García Sabell y, más tarde, Rafael Alberti, testigos de una forma u otra de aquella aventura de primera cultura transoceánica que fue Alfar, contribuyó a acentuar el carácter de diálogo y reencuentro entre generaciones coincidentes en la necesidad de abrir canales de intercambió, rompiendo, como diría Torrente, "las fronteras del provincianismo".No obstante, en medios culturales gallegos surgieron críticas al sentido de la recuperación de Alfar. Reconociendo la calidad artística y literaria de la publicación, algunos de los participantes en los debates, como Alonso Montero y Fernández del Riego, señalaron como minoritaria la presencia de los autores en lengua gallega de entonces. En todo caso, la experiencia de Nós, íntegramente en gallego y clave en el resurgir de la identidad del país, no fue contradictoria con la de Alfar, mosaico de muy diversas expresiones culturales y en la que colaboraron piezas claves del galleguismo, como Castelao o Antán Villar Ponte.
El debate con mayor proyección futura fue precisamente el de La experiencia plurilingüe de Alfar. El novelista y crítico catalán Robert Saladrigas calificaría dé inquietante y grave el panorama de compartimentos estancos que ofrece actualmente la realidad cultural en España, con un desconocimiento casi absoluto de las nuevas generaciones de literatos que surgen en las nacionalidades. En parecidos términos, y con respecto al intercambio en la Península, se pronunciarían los portugueses Asís Pacheco y Prado Cohello.
Entusiasmo y desconcierto
La dimensión pública, y en cierto modo reivindicativa, de las jornadas, al pairo de una experiencia ejemplar sumida en el olvido durante largos años, tuvo su contrapunto doméstico y entrañable en los encuentros y tertulias improvisadas de los que eran jóvenes en aquellos años veinte de vanguardias y entusiasmo cultural. El signo ahora, señalaría el hispanista Josep Pérez, es la desilusión y el desconcierto. Alberti, que en aquel tiempo vino a Galicia con traje de luces, acudía de nuevo al compromiso poético, ante primeras ediciones de sus libros, incluidas en la exposición conmemorativa, pidiendo que en los campos de Europa "se siembre trigo y no misiles".El premio Cervantes de este año publicó su primera colabora ción en Alfar cuando tenía 19 años. Parecidas eran las circunstancias de gentes como Borges, César Vallejo o Salvador Dalí. Alfar fue una antesala, y gran parte de sus colaboradores pasarán a la posteridad como protagonistas de la cultura de este siglo. Pero las páginas de la publicación cobi an también a grandes olvidados. Comenzando, como indicaría Benedetti, por el propio editor, Julio J. Casal, y por su director artístico, Rafael Barradas, ambos uruguayos, muertos entre la indiferencia y el abandono de sus coetáneos.
La exposición Alfar y su época probablemente viaje a Madrid y Barcelona y, cuando las circunstancias lo permitan, a Montevideo. Será quizá la mejor forma de hacer justicia a una generación generosa en esfuerzos y también de relanzar propuestas para el conocimiento y el intercambio en el futuro.
Según el alcalde de La Coruña, Francisco Vázquez, "la revista Alfar constituyó, en un momento crucial de la historia contemporánea, los felices años veinte, una aportación cosmopolita y universal al desarrollo literario y artístico de nuestro siglo. La recuperación de lo que fue un acontecimiento cultural de excepción nos permitirá reflexionar sobre la necesaria continuidad de la actitud, resuelta e intensamente abierta, que siempre fue patrimonio común entre nosotros".
Babelia
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