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Madrid, capital de la distensión

Moscú admite que se ordenó detener el vuelo del aparato abatido

El Kremlin reconoció anoche que un avión de caza soviético recibió orden de detener al jumbo surcoreano después de que éste no respondiera a las señales que los cazas le hacían para desviarlo a un aeropuerto de la URSS, informa Félix Bayón desde Moscú. La declaración soviética se produjo después de que Reagan anunciara, en un discurso muy duro en la forma, blandas medidas de represalia contra la Unión Soviética por "la matanza del avión coreano". El presidente norteamericano no recurrió a sanciones económicas, y se limitó a dar cuenta del aplazamiento de acuerdos bilaterales en las áreas consulares, culturales y de transportes. Los aliados occidentales esperan a ponerse de acuerdo entre ellos sobre la conveniencia de sumarse a las sanciones estadounidenses mientras el Comité Ejecutivo de la Federación Internacional de Asociaciones de Pilotos de Líneas Aéreas decidía ayer convocar un boicoteo de 60 días en los vuelos comerciales a Moscú.

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"Objetivo destruido"

En un comunicado de cuatro folios leído anoche en el principal programa informativo de la televisión y difundido simultáneamente por la agencia Tass, el Gobierno soviético -en un tono ligeramente más moderado que el utilizado hasta la víspera por la Prensa- reconocía de manera implícita que el avión de la defensa antiaérea tenía orden de derribar al "avión intruso" y reiteraba la tesis de que el aparato realizaba tareas de espionaje, al afirmar que "los controladores soviéticos de radio obtuvieron algunas señales de radio en clave, emitidas intermitentemente, del tipo de las que son usadas para transmitir información secreta"."El Gobierno soviético expresa su pesar por la muerte de personas inocentes y comparte el dolor de sus familias", decía el comunicado, antes de señalar que "a los dirigentes de Estados Unidos corresponde la total responsabilidad de la tragedia producida".

Reagan había manifestado casi 20 horas antes, durante su intervención, televisada a todo el país en la hora de máxima audiencia, la voluntad norteamericana de actuar en concordancia con otras naciones en su respuesta a la URSS. "El ataque contra el Boeing no constituye un ataque contra Estados Unidos o la República de Corea. Es un ataque de la Unión Soviética contra el mundo entero", dijo Reagan después de interrumpir su discurso para hacer escuchar a los telespectadores un fragmento de las comunicaciones de los pilotos soviéticos. El propio Reagan tradujo del ruso los extractos e hizo especial hincapié en el momento en que uno de los pilotos anuncia que "el objetivo ha sido destruido", informa la agencia France Presse.

Al contrario de la actitud adoptada tras la instauración de la ley marcial en Polonia, Reagan se guardó de anunciar en solitario represalias que no iban a ser seguidas por sus aliados, aunque mostró su satisfacción por la decisión canadiense de prohibir durante 60 días las escalas de la compañía soviética sobre su país (aunque una fuente diplomática manifestó a France Presse que se mantendrá la escala técnica en el aeropuerto de Gander, en Terranova), medida de represalia que hasta ahora sólo ha adoptado el Gobierno de Ottawa, a la espera de lo que pueda suponer la convocatoria realizada por la Federación Internacional de Pilotos, entidad que agrupa a 57.000 pilotos en 67 países, entre ellos España. Junto con Canadá, únicamente Australia y Corea del Sur han mostrado hasta ahora su abierto apoyo a las medidas propuestas por Reagan, informa Reuter. Se espera que los ministros de Asuntos Exteriores europeos realicen consultas, durante su estancia en Madrid para asistir a la sesión final de la Conferencia de Seguridad y Cooperación en Europa, antes de recomendar medidas a sus respectivos Gobiernos.

'Paz por la fuerza'

Reagan aprovechó la ocasión para, apoyándose en la emoción suscitada por el suceso, reincidir en su política de a la paz por la fuerza. Aunque manifestó que "no podemos ni debemos abandonar nuestros esfuerzos para la reducción de los arsenales que amenazan el mundo", el presidente estadounidense defendió el incremento del presupuestto militar norteamericano, "pues, mientras ellos (los soviéticos) no estén dispuestos a sumarse a la comunidad internacional, debemos mantener nuestra fuerza para disuadir la agresión". .

Ayer se reanudaron en el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas las discusiones sobre el derribo del avión surcoreano. La sesión se abrió con la intervención de la embajadora norteamericana, Jeanne Kirpatrick, quien brindó a los asistentes la oportunidad de escuchar una grabación de 20 minutos con las conversaciones de los pilotos soviéticos de la que Reagan había ofrecido cinco ininutos por televisión.

Mientras tanto, en Moscú se hace un primer balance de las sanciones decretadas por Reagan. Sólo las represalias dictadas por la Administración canadiense podrían causar perjuicios, aunque muy relativos si se confirma que los aparatos de Aeroflot podrán realizar escalas técnicas en Gander, un punto elave para las conexiones con Latinoamérica y el Caribe.

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