El espíritu de la Magdalena
Continuidad en la apertura a ideologías y programación más reducida, características principales en la nueva etapa
Abandonando el criterio del más difícil todavía seguido por el profesor Morodo durante sus tres años de gestión, el rector Roldán cuenta a su favor con el apoyo, tantas veces negado al actual embajador de España en la Unesco, del alcalde de Santander, Juan Hormaechea. "Estoy mucho más de acuerdo con los planteamientos del nuevo rector", ha manifestado repetidamente Hormaechea en los últimos meses, a quien no parece importarle el hecho de que el nuevo equipo haya sido nombrado por el Gobierno socialista. Para Ramón Teja, consejero de Cultura del Gobierno cántabro, sin embargo, la nueva etapa se plantea como una incógnita, afirmando no tener claro cuál será "el nuevo rumbo de la UIMP, aunque desde luego se nota una mayor austeridad en la imagen".La capacidad negociadora de Roldán parece haber roto ciertas reservas en los medios políticos y culturales cántabros, con sentimiento de menosprecio -posiblemente más subjetivo que objetivo- ante el distanciamiento de Morodo. Así, otro de los baluartes de la contestación a la UIMP, la Universidad de Santander, considera, en palabras del rector, José Miguel Ortiz Melón, que "con este equipo hemos tenido la oportunidad desde el principio de plantear las cuestiones en torno a la relación entre ambas instituciones con mucha mayor nitidez". Otra cosa es la respuesta que la universidad santanderina espera desde hace dos meses en torno a la propuesta de colaboración e interacción con la UIMP presentada, y que pasa, según el rector Ortiz Melón, por la presencia en ambas juntas de una persona que canalice las relaciones, por la organización de. cursos de especialización conjuntamente, por la colaboración de la UIMP en las actividades de extensión universitaria de la universidad santanderina y por la cesión o regulación del uso de las instalaciones de las aulas para cursos de extranjeros.
En cuanto a la relación entre la UIMP y Santander, las opiniones divergen según si el enfoque es únicamente académico o se analizan otros factores. Para Teja, Santander "significa más para la universidad internacional que a la inversa, ya que ésta perdería su razón de ser si dei ase de estar ubicada aquí". Afirmación que no le impide precisar seguidamente que la capital de Cantabria "ha vivido siempre de espaldas a la universidad". Y una opinión que no comparte el alcalde Hormaechea, totalmente convencido de que el pueblo se siente vinculado con la universidad internacional y orgulloso de la presencia en sus aulas de premios Nobel, escritores o políticos, aunque no asistan a los cursos que allí se imparten". Para el alcalde de Santander, la influencia de los cursos de extranjeros de la universidad "ciivilizó a esta ciudad aceleradamente" al abrirla al contacto y conocimiento de otros países, otras costumbres y otras formas de pensar. En. su opinión, la UIMP fue durante los años de la dictadura el "único nexo de unión cultural entre España y el mundo occidental". Sin cm bargo, Ortiz Melón, y sólo desde el punto de vista académico, mantie ne serias reservas sobre cuál puede ser el aprovechamiento que es tudiantes y estudiosos de la uni versidad santanderina puedan ob tener de los cursos impartidos por la UIMP. Coincidencia, no obs tante, en valorar la etapa de Moro do como un relanzamiento de la ciudad, proyectándola no sólo en España, sino en el extranjero, y convirtiéndola en la capital cultural y política de España; aunque, en opinión de Teja, para completar el panorama falta "que los Reyes vuelvan, como sus antepasados, a veranear en Santander", aunque -por razones obvias- no pueda ser en el palacio de la Magdalena.
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