Un defensor de la democracia

A lo largo de su carrera intelectual, y especialmente durante los últimos años que han visto la instauración de la democracia en España y varios intentos de derribarla, Pedro Laín Entralgo ha sido un destacado defensor de la libertad y la convivencia. Ha dedicado especial atención al papel de la Monarquía en consolidar una España democrática."Sin un sistema plural, de libertad y democracia, es imposible cicatrizar las heridas históricas", afirmó el nuevo director de la Real Academia en la reciente presentación de un libro sobre los comienzos de la guerra civil española. "Es muy grave la instalación en la creencia de que las cosas sólo pueden ir bien cuando uno de los dos bandos elimina al otro y se apoya en en lo que después llama victoria para vivir en el recuerdo de una guerra civil y la preparación de otra".

En su artículo Hacia la definitiva conciliación, publicado en EL PAIS días antes de los últimos comicios, calificó la conciliación de los españoles "como necesario requisito para una convivencia social y política en la cual sea de hecho reconocida la razón de ser de las opiniones del discrepante y exista la posibilidad del acceso de éste al poder, si logra que sus opiniones sean aceptadas por la mayoría del país".

En otra intervencion pública, el ilustre académico calificó al rey Don Juan Carlos como "cima y fundamento de nuestro sistema constitucional" y afirmó que "en la inolvidable noche del 23 al 24 de febrero sólo en la persona del Rey tuvo base y asiento suficientes la perduración de ese sistema".

En un artículo publicado en EL PAIS, a raíz de una campaña con la que se intentó en vano el desprestigio de la Corona, Laín terminaba diciendo: "En estos momentos en que artera e insidiosamente se pretende ocultar, desvirtuar o manchar la gran verdad de lo que en el Rey de España vimos con nuestros ojos y de él oímos con nuestros oídos, todos nosotros, y con nosotros, estoy seguro, la mayor y la mejor parte de nuestras Fuerzas Armadas, queremos volver el rostro hacia ese Rey que entonces nos habló, para sencillamente decirle: "Majestad, gracias".

Uno de sus últimos artículos, publicado en EL PAIS dos días después de las recientes elecciones, comparó el triunfo socialista con el de la República en los comicios del 14 de abril de 193 1. Decía: "Si la monarquía de Alfonso XIII se hundió por no haber sabido hacer suya la savia nueva que le ofrecían las tres únicas fuerzas renovadoras de aquella España -el movimiento obrero, el estamento intelectual, los nacientes autonomismos, a su cabeza el catalán-, el PSOE es el único partido político actual que puede ofrecer a la actual Monarquía y a España tal garantía de futuro".

La pasión de Laín por la convivencia entre los españoles encontró su más amplia expresión en el campo intelectual.

Ya durante el anterior régimen intentó estimular un acercamiento entre todos los pueblos de España, empeño que se vio culminado más recientemente con el papel que jugó en los encuentros de intelectuales celebrado en Sitges (Barcelona) hace un año. Intentó conciliar las más diversas posiciones en una síntesis democrática, pluralista y enriquecedora para todas las culturas y lenguas. En este sentido, conviene recordar que el nuevo director de la Real Academia Española de la Lengua es un gran conocedor de la cultura catalana, cuyo idioma lee. Fue el prologuista de la edición castellana de las obras de Joan Maragall. Según el doctor Felip Cid, catedrático de Historia de la Medicina de la Universidad Autónoma de Barcelona y director del Museo de Historia de la Medicina de esta ciudad, único que existe en España, el contacto de Laín con la cultura catalana data de su amistad con Carles Riba, Clementina Arderiu y Mariá Manent. "Recuerdo que Clementina Arderiu un día me definió a Laín como un cap sense boires, una cabeza sin nieblas". Por otra parte, su amistad con Dionisio Ridruejo, que estuvo exiliado en Cataluña, incrementó los contactos del profesor con Cataluña. Los investigadores de la historia de la medicina lo consideran como el pionero español en esta materia.

Esta personalidad plural de Laín se ve en el paisaje cultural español como un factor que puede traer a la institución académica una profundidad cultural que, sin abandonar el terreno del lenguaje, profundice también en otros aspectos de la convivencia intelectual española.