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Comienza la conferencia de desarme en Ginebra

Cordial inauguración de la conferencia para reducir el armamento nuclear de alcance intermedio en Europa

Soledad Gallego-Díaz

Hora y media duro ayer en Ginebra la primera reunión de las negociaciones soviético-norteamericanas para la reducción de armamento nuclear de alcance intermedio (INF) instalado en Europa. El jefe de la delegación estadounidense, Paul Nitze, la calificó de "cordial" y "de negocios" (business like).

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La reunión, que se celebró excepcionalmente en la sede de la Embajada soviética ante las Naciones Unidas, constituyó simplemente una "toma de contacto" entre ambos jefes de delegaciones. Paul Nitze y Yull Kvizinski se dejaron fotografiar por decenas de profesionales llegados de todas partes del mundo mientras se daban un fuerte apretón de manos. Caso insólito: el representante de la gerontocracia del Kremlin es un "niño prodigio", un elegante diplomático de 45 años, mientras que el embajador norteamericano pertenece a la "quinta" del propio presidente Reagan: 74 años, aunque nadie lo diría, dada su energía y su aspecto deportivo.Los dos diplomáticos emplearon noventa minutos para ponerse de acuerdo en dos puntos preliminares: no habrá ningún tipo de información pública mientras se desarrollan las negociaciones, y las sesiones "plenarias" -la primera tendrá lugar hoy martes, a las once de la mañana- se celebrarán en un edificio "neutral" proporcionado por la ciudad de Ginebra, probablemente la ciudad del mundo que ha visto firmar más acuerdos y tratados internacionales. Los suizos han puesto todo por su parte para asegurar el éxito de las negociaciones, y han llevado a norteamericanos y soviéticos a un lugar ideal, capaz de aplacar los ánimos del más belicista: el pabellón del Jardín Botánico. Allí, rodeados de plantas y de árboles centenarios cubiertos de nieve, cinco expertos en desarme por cada lado discutirán, antes que nada, sobre el tipo de armamento concreto que debe ser objeto de las conversaciones.

Además, para recordarles las esperanzas que han puesto en ellos millones de europeos, los suizos han organizado dos manifestaciones pacifistas. Una tuvo lugar ayer en Ginebra, convocada por la organización Mujeres para la Paz, y otra se celebrará el próximo sábado en la capital federal, Berna, con características similares a las que ya han tenido lugar en otras ciudades.

Los soviéticos, siguiendo su costumbre, no han comentado la reunión inaugural. Yuli Kvizinski se limitó a recordar, antes del encuentro con su "colega" norteamericano, que "empezar a negociar no significa haber solucionado el problema". Los norteamericanos han sido un poco más locuaces: "Siguiendo las instrucciones de nuestros dos Gobiernos, que quieren unas negociaciones serias, hemos acordado que los detalles de las conversaciones no deberán salir de la sala de conferencias", explicó Nitze, quien añadió que el "mutuo respeto" de esa confidencialidad ayudará a superar "los difíciles problemas que nos separan".

Arqueólogo y teólogo

El embajador norteamericano, "de quien se dice que es un buen arqueólogo y, un experto en temas teológicos", reiteró la buena voluntad de Estados Unidos: "Venimos a Ginebra a negociar de buena fe, dispuestos a escuchar y considerar las propuestas de nuestros contrarios".

Algunos observadores norteamericanos lamentan va, sin embargo, las enormes expectativas que se han creado en la opinión pública europea, que son, a su juicio, "irreales". Los expertos no esperan resultados inmediatos ni siquiera a medio plazo.

EE UU sigue pensando que el futuro de las negociaciones está ligado al comportamiento de la Unión Soviética en otros planos de la política internacional. Una teoría, conocida como linkage, que provoca cierto nerviosismo en las capitales de Europa occidental, para las que el éxito de las conversaciones iniciadas ayer es vital.

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