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Entrevista:

Timerman: "Quizás Borges tenga razón cuando asegura que Argentina no existe"

Su nombre es una bandera para todos los que luchan por el restablecimiento de las libertades en las dictaduras militares del Cono Sur de Latinoamérica y, en especial, para los familiares de las 20.000 personas dadas de baja de este mundo con el eufemismo oficial de desaparecidas por el actual Gobierno militar argentino. Jacobo Timerman, 58 años, periodista, en la actualidad súbdito del Estado de Israel, después de haber sido despojado arbitrariamente de la nacionalidad argentina, sufrió en su carne las consecuencias de haber denunciado desde las páginas de su periódico, La Opinión, el terrorismo irracional de Estado practicado desde el poder por la Junta Militar desde el derrocamiento de Isabel Perón. Durante una reciente estancia en Madrid para participar en una reunión sobre derechos humanos patrocinada por el Consejo de Europa, EL PAIS conversó con Jacobo Timerman.

Pregunta: ¿Cómo es posible que Argentina se encuentre en el estado en que se encuentra, con sólo veinticinco millones de habitantes, una extensión de tres millones de kilómetros cuadrados, con todas las riquezas imaginables -desde petróleo a uranio, pasando por carne y cereales-, sin problema racial y con la práctica totalidad de la población alfabetizada?Respuesta: Bueno, mira. Es la pregunta que desde hace años está en la mente de todos, argentinos y no argentinos. Quizá, después de todo, la teoría de Borges: "Argentina no existe, es una equivocación", sea la buena. Pero la verdad es que las cosas han llegado a un punto límite. Es inaudito que, por primera vez en sus 170 años de historia, los argentinos pasen hambre: que se esté repartiendo comida en las iglesias del país y que las colas en los consulados para emigrar sigan en aumento. Imagínate, los argentinos teniendo que emigrar, cuando nuestro país era, a principios de siglo, uno de los eldorados de la emigración de todo el mundo. Pero, ¿qué van a hacer si no pueden vivir en su propio país? Hay ciudades donde la comunidad en pleno se ha declarado en quiebra.

En cinco años de Gobierno militar la deuda exterior argentina ha alcanzado la increíble suma de 37.000 millones de dólares, mientras que las empresas quiebran y las fábricas cierran. Por cierto que esa deuda exterior sólo ha servido para enriquecer al Chase Manhattan Bank, del que es presidente David Rockefeller y del que era consejero el ministro de Economía, José Martínez de la Hoz. El Chase Manhattan ha cobrado comisiones por valor de 3.000 millones de dólares, hasta el punto que varios bancos americanos han protestado por el monopolio de esa entidad.

El partido militar

P. Y ¿cómo se sale de esa situación? ¿Cómo se puede iniciar un camino hacia la normalización?R. Yo no veo la salida. Tendrá que venir algo nuevo, pero no sé en qué puede consistir. Porque la vieja teoría del péndulo elaborada por Perón, "primero un Gobierno civil, después otro militar, y así sucesivamente", ya no es válida. Las Fuerzas Armadas argentinas se han convertido desde 1930 en un partido político más, el único partido político armado que existe en el país. Y en los momentos actuales los militares ocupan todos los cargos importantes, no sólo de la Administración, sino de todas las empresas públicas del país. Dos ejemplos: los cuatro canales de televisión que existen en Buenos Aires -el 7, el 9, el 11 y el 13- están en manos de la policía, el Ejército, la Marina y la Fuerza Aérea. Yacimientos Petrolíferos Fiscales, el monopolio de petróleos estatal, está igualmente en sus manos, y de su capacidad de gestión da idea el hecho de que es la única petrolera en el mundo que en régimen de monopolio tiene pérdidas anuales por valor de 6.000 millones de dólares.

En estas circunstancias será muy difícil conseguir que las Fuerzas Armadas consientan de buen grado en regresar a los cuarteles y dejar el poder. Pero es que, además, está el problema de los desaparecidos, que son 20.000. Que no se trata de personas muertas en una represión más o menos cruenta y que están enterradas, en este o aquel lugar, lo que permitiría a sus familiares llorarles junto a una tumba conocida. No; se trata de desaparecidos, borrados del mapa, enterrados en bloques de cemento, arrojados al mar desde helicópteros, volados en edificios viejos sobre los que se ha construido de nuevo. Las llamadas "madres de la plaza de Mayo", que se reúnen todos los jueves en esa plaza, eran seis u ocho hace cuatro años. Ahora se reúnen por centenares, con el apoyo de la Iglesia católica y de organizaciones cívicas. Los partidos políticos están dispuestos a suscribir con las autoridades militares una especie de ley del olvido si se produce una normalización política. Pero esas madres, hermanas, hijos, ¿van a olvidar?

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El terrorismo, el gran culpable

P. Y ¿cómo se llegó a esa situación verdaderamente dramática?R. El gran culpable fue el terrorismo. Los terroristas de cualquier color son unos asesinos, sean montoneros, o ETA, o IRA. El asesinato no resuelve ningún problema, es una esquizofrenia. En Argentina teníamos un terrorismo de izquierda, representado por los montoneros, y un terrorismo de derecha, representado por la Triple A. Hay que decir que ambos pertenecían a la familia peronista. El golpe militar aniquiló el terrorismo de izquierda poniéndose a practicar el terrorismo de derecha. Cada arma organizó sus propias cárceles y sus propias brigadas de exterminio.

Este panorama es el que traté de denunciar desde las páginas de La Opinión, con los resultados de todos conocidos. Primero fueron las presiones de todo tipo; después, la invitación a salir del país "hasta que la situación se normalizara"; después, el encarcelamiento y la tortura. Finalmente, la expulsión del país y la privación. de la ciudadanía.

P. ¿Qué pretenden los generales argentinos más duros?

R. Su sueño está personificado en dos generales europeos, De Gaulle y Franco. Unos desean una guerra con Chile, como la que tuvo De Gaulle en Argelia, para que la población olvide sus actuales- sufrimientos. Otros sueñan con una guerra civil que produzca otro millón de muertos -aunque, ésta no sea la cifra-, pará hacer tabla rasa y empezar de nuevo. SI no consiguen ni una cosa ni otra, organizaran un pogrom, o matanza de judíos, para encontrar un chivo expiatorio a sus fracasos.

Timerman está convencido de que existe un sentimiento antisemita en amplios sectores de las Fuerzas Armadas argentinas y aporta abundantes datos del trato discriminatorio que sufren todos los detenidos judíos.

Sus interrogatorios siempre empezaban con dos preguntas: "¿Es usted judío? y ¿es usted sionista?". Los autores de atentados antijudíos nunca son capturados, y cuando se solicitó la extradición de un conocido criminal de guerra nazi el Gobierno la concedió, pero dejando previamente escapar a Paraguay al criminal.

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