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El Festival de San Sebastián comienza con incidentes

Con el temor a incidentes, que, en efecto, hubo, y con el reto de recobrar «una calidad cinematográfica y un esplendor» que le permitan recuperar la categoría A perdida, comenzó anoche el 29º Festival Internacional de Cine de San Sebastián. El acto inaugural se celebró en el bello marco del Museo de San Telmo, creado sobre una antigua abadía medieval. Al mismo asistieron el consejero de Cultura del Gobierno vasco, Ramón Labayen; el gobernador civil de Guipúzcoa y el alcalde de San Sebastián, que en unas breves palabras se refirió a la necesidad de mantener el festival a un nivel de calidad más alto que en anteriores ediciones y en «asegurar faustos que le corresponden y la galanura de otros tiempos».

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Mientras se interpretaba música de Ixistu, los más afamados representantes de la cocina vasca servían un lunch a base de sus especialidades.Este sería nada más un dato dentro de las actividades espectaculares con que se desea dotar el ambiente que rodea al festival, al que ha vuelto la rigurosa etiqueta, las largas alfombras, las pasarelas para los actores y actrices y las galas de antaño.

Pero no sólo de espectáculo vive el festival. Luis Gasca asegura que la calidad de las películas, los ciclos y las secciones programadas en la edición de este año «le harían acreedor, en cualquier país del mundo, a la categoría A». «Queremos conseguir», añade, «que, junto a una serie de buenas películas, se realicen en el entorno del festival actos culturales paralelos para que el mismo sea un lugar de encuentro de la gente del cine y de la cultura que se mueve en torno a él».

Pero el Festival de San Sebastián, que se abría ayer con toda una gala ya casi olvidada, contaba con una notable contestación por parte ,de la comisión de barrios y pueblos, que, en una nota pública, afirmaban: «No estamos de acuerdo con las corbatas, ni con un festival que se está convirtiendo en un monstruo de la democracia y, en definitiva, del PNV. Hemos vuelto a las viejas épocas de esplendor y de cultura selectiva».

Precisamente previendo la posibilidad de que durante el transcurso del festival se produzcan incidentes que puedan distorsionar la marcha del mismo, el alcalde de la ciudad, José María Alcain, incluía en los periódicos donostiarras ayer un saludo en el que pedía paz y tranquilidad a los ciudadanos durante el festival.

Media hora antes de la primera película, delante de la puerta del teatro, un centenar de familiares de presos, que se encontraban entre el público, iniciaron gritos de «¡Presos a la calle! », « ¡Amnistía! » y «¡Gora ETA Militar! », así como lanzaron piedra de gravilla a las autoridades que entraban al salón de proyecciones. El momento más tenso se produjo al entrar el alcalde y el consejero de Cultura del Gobierno vasco. Para proteger la puerta habían sido distribuidos, de paisano, policías municipales y berrozis, agentes de seguridad del Gobierno vasco.

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