El engorde artificial se realiza con productos de contrabando, según Fernando Tovar

Gran parte de los productos químicos que están siendo utilizados para el engorde artificial del ganado proceden de países extranjeros y son pasados de contrabando para su comercialización en España, según ha manifestado a EL PAIS el jefe de la sección de Control de Carnes y Productos Cárnicos del Ministerio de Sanidad, Fernando Tovar, quien, sin embargo, reconoció que algunas firmas españolas están sacando estos mismos productos al mercado en bolsas innominadas, es decir, sin especificar su contenido. Varias de estas empresas han sido ya expedientadas por la Administración, aunque, por el momento, no se ha hecho pública su identidad, número ni la cuantía de las sanciones.Fernando Tovar declaró que, tras la campaña iniciada hace año y medio por los ministerios de Sanidad y Agricultura, el uso de finalizadores por parte de los ganaderos ha dejado de ser algo común para situarse en sólo un 10% del total de carnes comercializadas, porcentaje muy inferior al señalado por otras fuentes, fundamentalmente los propios gremios de carniceros y las asociaciones de consumidores.

En relación con los controles de Sanidad para prever este tipo de fraudes señaló que el personal veterinarlo de los mataderos dispone de medios suficientes para detectar cualquier anormalidad. Sin embargo, tienen que luchar cada día con la aparición de nuevos productos, muchos de los cuales están proyectados para anular anteriores sistemas de detección o análisis. Según Fernando Tovar, la utilización de sustancias artificiales para lograr un engorde rápido de las reses en vísperas de su sacrificio, de forma que éstas ofrezcan un alto porcentaje de agua y grasas inútiles en la carne, solamente experimentó un ligero crecimiento a primeros de año, que fue rápidamente atalado por la inspección sanitaria. En la actualidad la Administración tiene detectados algunos focos repartidos por la geografía nacional, aunque su importancia es mínima.

Entre las diversas clases de finalizadores, los más utilizados han sido el metil-tiuracilo y, posteriormente, el tapazole.