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Tribuna:TRIBUNA LIBRE
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Encuentros internacionales de vascólogos

Próximamente, en este mismo mes de agosto, del 25 al 29, van a celebrarse, en Guernica y Lejona, los primeros Encuentros Internacionales de Vascólogos.Se espera la asistencia de una veintena de sabios de diversas naciones, interesados por los estudios concernientes a la lengua vasca, entre los que se encuentran: Bretscheider, Mukarovsky, Tovar, Wilbur, Heath, Jacobsen, Mac Murraugh, Martinet, Allieres, Rebuschi, Dzidziguri, Zytsar, Trask, Shimomiya, Tamura, Braaun, Holmer.

Es un hecho que el eusquera o vascuence, por su misma originalidad o carácter irreductible a las lenguas vecinas, con las que convive desde hace tantos siglos, ha atraído la atención de sabios, lingüistas y, en general, de personas cultas interesadas por desvelar el misterio de esta lengua.

El vascoparlante, al hallarse inmerso en el mundo de su lengua, ha vivido su vasquía con naturalidad y sin alharacas. Han sido más bien los extraños al país, los foráneos, los que más vivamente se han sentido impresionados al topar con esta lengua, irreductible a la familia indoeuropea que domina en esta parte de nuestro continente. ¿Cómo se explica que este minúsculo islote lingüístico haya logrado sobrenadar y sobrevivir después que la marea indoeuropea primero y el romanismo después anegara nuestro mundo? No vamos a entrar aquí en la enumeración de las hipótesis que se han propuesto.

De momento sólo nos interesa este hecho: la curiosidad y el tesón de los foráneos han sido decisivos para el impulso de los estudios vascos y aun para el desarrollo de la literatura en lengua vasca.

Nos vamos a limitar a espigar algún que otro diccionario de la lengua vasca que se conoce, sobre todo el del italiano Landucci (compuesto en el siglo XVI, pero publicado en 1958).

En el siglo XVII, el obispo de Bayona Bertrand de Echauz (bajonavarro) decide fundar un convento de franciscanos en el país de Labort, entre San Juan de Luz y Ciboure. Entre los fundadores viene el padre Etienne Materre, franciscano francés. Sorprendido al topar con un país poseedor de una lengua de características tan originales, y con el fin, de capacitarse para desempeñar mejor su ministerio, decide aprenderla. No contento con esto, quiere espolear a los vascos al cultivo de su lengua, y, como para enseñar el camino, rompe el fuego escribiendo él mismo un libro en eusquera. De este modo, se convierte en el pionero del movimiento literario que tiene por centro el país de Labort en el siglo XVII.

Caso similar es el de Silvain Pouvreau, natural de Bourges. Al servir de fámulo y amanuense del célebre abate Saint Cyran en Bayona, aprende el euskera. Más tarde se ordena de sacerdote y es nombrado párroco de Bidart. Traduce y publica libros ascéticos en vascuence y es autor de un excelente diccionario de esta lengua, que aún permanece inédito.

Si pasamos al País Vasco español nos hallamos con casos similares. Juan Antonio de Miguel, uno de los iniciadores de la literatura vasca en dialecto vizcaíno, era hijo de una familia de médicos que procedía de Aragón y Levante. Es autor de Peru Abarca, obra maestra de la literatura en lengua vasca.

En el tramonto de los siglos XVIII-XIX, el prusiano Guillermo de Humboldt efectúa repetidos viajes al país, vivamente interesado por su lengua. Las obras de Humboltd servirán para despertar en el mundo culto el interés por la lengua vasca.

A mediados del siglo XIX destaca la figura del príncipe Luis Luciano Bonaparte, otro ferviente paladín de los estudios vascos. El acomete la empresa de realizar una especie de atlas lingüístico vasco. Se rodea de colaboradores e impulsa la literatura vasca, hace una clasificación científica de los dialectos del eusquera, publica su monumental estudio del verbo vasco.

Posteriormente son incontables los sabios y lingüistas que se dedican a estos estudios: Fita, Cejador, Menéndez Pidal, Francisque, Michel, Lecluse, Van Eys, Vinson, Uhlenbeck, Schuchardt, Linschmann, Dodgson, Lafon, Karl Bouda...

A principios de este mismo siglo una compañía alemana se encarga de la explotación de las minas de Katabera, cerca de este santuario de Aránzazu, donde escribo. El hijo del gerente, Gerhard Baehr, nace en Udana, cerca de Legazpia. De niño aprende el vascuence con los chicos del barrio. Andando el tiempo será un ferviente investigador de esta lengua. Perdió la vida en Berlín en la última guerra, en el asalto de la capital alemana por las tropas soviéticas.

Basta hojear las páginas de la fenecida Revista Internacional de Estudios Vascos o de la actual Fonts Linguae Vasconum, que se edita en Pamplona, para ver la parte que en ella tienen los investigadores extraños al país.

La Real Academia de la Lengua Vasca «Euskaltzaindia» ha querido convocar estos encuentros internacionales con el fin de mostrar su reconocimiento a la labor que realizan estos sabios ajenos al país, estrechar los lazos con ellos y tener ocasión de examinar juntos la situación actual de los estudios vascos.

Fray Luis Villasante es presidente de la Real Academia de la Lengua Vasca, Euskaltzaindia.

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