Diferencias entre Washington y Bonn a propósito de la visita de Schmidt a Moscú
Dos semanas antes de la visita del canciller de la República Federal de Alemania, Helmut Schmidt, a Moscú, éste ha recibido una carta del presidente norteamericano en cuya calificación no coinciden la Prensa y el portavoz oficial del Gobierno de Bonn, para quien el tono de la carta es amargo.
Según la revista Stern, la Casa Blanca pretende que Schmidt subraye en Moscú la negativa aliada occidental a dejar sin efecto el acuerdo de la OTAN sobre establecimiento en Europa de los euromisiles, independientemente de que los soviéticos acepten negociar una reducción y control de los correspondientes cohetes. Helmut Schmidt es más bien partidario de «congelar» por dos años la instalación de los euromisiles, si Moscú accede a negociar.En torno a la misma visita, el embajador norteamericano en la capital federal asegura que «existen conversaciones muy intensas, con el fin de preparar el viaje del canciller». El Gobierno, a juzgar por lo que dice su portavoz, se mantiene en su posición de no renunciar al establecimiento de los euromisiles norteamericanos en los próximos años, aunque dejando la puerta abierta a las negociaciones con los soviéticos sobre retirada de los correspondientes cohetes de mediano alcance.
A pesar de esta «contumacia verbal» de los alemanes, el jefe del Grupo parlamentario Socialdemócrata, Herbert Wehner, ve a los soviéticos mejor dispuestos a ceder un tanto. Partiendo de estos datos, no resulta fácil concluir si la visita del canciller a la capital soviética es ya un fracaso programado de antemano, y la impresión no favorece a los pesimistas, si se da crédito al portavoz Klaus Boelling. Para él, no tienen razón quienes en Washington -«periodistas, parlamentarios»- se muestran escépticos: «Quienes se manifiestan escépticos», ha comentado Boelling, «persiguen otros fines que en modo alguno son realistas».
Aunque el funcionario gubernamental omitió referencias a los políticos norteamericanos, y aunque calificó la carta del presidente de Estados Unidos como una «típica misiva de las que comienzan con las palabras querido Helmut», en los medios informativos de Bonn no se duda de que hay diferencias de criterio sobre el viaje del canciller, y que estas diferencias han salido a la superficie en la carta de Jimmy Carter, «realista y amistosa» por lo demás.
Esta diferencia de matices de una misma postura parece haber obligado al presidente Carter a enviar una nueva carta al jefe del Gobierno alemán, con el que se encontrará en Venecia dentro de pocos días. En este sentido, ha sorprendido en Bonn esta comunicación postal, como si indicase que Estados Unidos teme un nuevo «desmarque» europeo, protagonizado esta vez, y ello sería más serio, por la RFA. Que existen indicios de que Bonn reflexiona aún sobre el «rearme nuclear» en cuanto posibilidad inmediata, parece indicarlo una noticia no desmentida por ahora. Según esto, el Gobierno federal ha propuesto al norteamericano que no acumule en territorio alemán un tipo determinado de munición atómica para carros de combate. Tal medida sería una respuesta de apoyo a lo que Wehner califica como «pequeños cambios en Moscú», que indicarían una mayor disponibilidad a negociar sobre esta materia.
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