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Los resultados de la conferencia de La Habana

«La representación de Camboya y la condena de Egipto dominaron los últimos momentos de la cumbre de La Habana, hasta provocar el aplazamiento de la conferencia.(...)El antagonismo cubano-yugoslavo se manifestó con toda claridad con motivo de la representación de Camboya, decidiéndose reenviar la decisión final a la conferencia ministerial que tendrá lugar dentro de dos años. ( ... ) Este asunto ha permitido a las dos tendencias medir sus fuerzas. El Gobierno actual de Pnom Penh contó con el apoyo no sólo del bloque socialista (Vietnam, Cuba, Afganistán, Laos), sirio también de países como Angola, Mozambique, Benin, Madagascar, Congo, Nicaragua y Granada, que expresaron, con matices, puntos de vista acordes con Cuba.

El otro enfrentamiento tuvo lugar en el seno del grupo árabe. Algunos Estados árabes pidieron que Egipto fuese condenado en La Habana, como lo había sido en Bagdad, pero una condena semejante no podía ser adoptada por un grupo heterogéneo como el de los no alineados. ( ... )

Por último, la cumbre de La Habana, en la que han participado 52 jefes de Estado, de Gobierno y de organismos de liberación, traduce una sensible desviación del movimiento no alineado; pero no representa. realmente un cambio. Los países progresistas permanecen unidos alrededor de la Unión Soviética, pero están todavía en minoría. Sin embargo, son los más activos y los más agresivos.

Así, la condena de Estados Unidos es este año más severa, mientras que la URSS no aparece en el documento final. El hecho de que la cumbre se haya celebrado en La Habana ha dado un relieve particular a la reunión, pero esto no quiere decir que Cuba, de ahora en adelante, vaya a dictar la ley. Si al gunas veces han forzado las cosas, los cubanos han demostrado también sus capacidades de compromiso en el curso de las discusiones.

"Cuba", nos declara uno de sus altos dirigentes, "no va a cubanizar el movimiento. Somos conscientes de su carácter heterogéneo y debemos tenerlo en cuenta. Pero queremos mantenerlo en su línea antiimperialista más radical, sin llegar a la ruptura. No pueden pensar de la misma forma Castro y el rey de Jordania, pero creemos que este último está más próximo de nosotros que Singapur. Nosotros no hemos pedido permiso a Moscú para enviar nuestras tropas a Africa, y los soviéticos no están de acuerdo en muchas cosas que hacemos. Nuestras relaciones con la URSS son semejantes a las que existen entre Francia y Estados Unidos. Entregar el movimiento en manos de la URSS sería destruirlo."»

, 10 de septiembre

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