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Reportaje:El complejo maíz-soja: un ejemplo de colonialismo / 1

España no tiene una estrategia ganadera acorde con sus recursos

El complejo maíz-soja de nutrición animal, implantado en nuestro país en los años sesenta, es insostenible incluso a corto plazo si se tiene en cuenta las siguientes consideraciones fundamentales:-A partir de la crisis energética, en 1973, la política de liberalización de materias primas con destino a la alimentación del ganado es inviable, en primer lugar, por su elevado coste en divisas. Concretamente, en 1976, las importaciones de maíz y soja superaron los 58.000 millones de pesetas, cifra suficientemente ilustrativa de la magnitud del problema y de la incompetencia de la política agraria franquista y neofranquista, que no ha sabido elaborar una estrategia ganadera más de acuerdo con nuestros propios recursos.

-Las importaciones de maíz y soja son insostenibles no sólo por su cuantía, sino además por la fuerte dependencia externa que implica. Así, la ganadería española es, en la actualidad, muy sensible, en cuanto al aprovisionamiento e inestable respecto al precio de estas materias primas, sensibilidad e inestabilidad que se ha puesto de manifiesto, por ejemplo, con el impacto desequilibrante de las compras masivas de granos por la URSS a partir de 1972 o el embargo de exportación de soja por EEUU en 1973.

En nuestra opinión, la implantación de complejo maíz-soja y sus efectos desfavorables en la balanza comercial española no se justifican por exigencias endógenas al sector ganadero español, sino por causasfundamentales exógenas, de carácter macroeconómico o geopolítico, que trataremos de resumir a continuación.

El complejo maíz-soja se ha implantado en España porque el contexto socioeconómico -el capitalismo monopolista internacional-, al que pertenecernos, ha estado interesado en su introducción, pues no conviene olvidar que España es un país periférico, dentro del área occidental, cuyo centro es EEUU.

El primer síntoma de esta adaptación de la ganadería-occidental al maíz y soja procedente de Estados Unidos, aparece en el análisis del comercio internacional de estas materias primas. El dominio o control de Estados Unidos se pone de manifiesto en los siguientes hechos:

-Estados Unidos controla un porcentaje muy alto de las exportaciones mundiales de maíz (el 65% en 1975) y de grano de soja (76% en 1975).

-Los principales países importadores de maíz y soja son Japón y los países de Europa occidental.

- En el caso concreto de la soja, este control o dominio del mercado occidental se ha acentuado durante el período 1955-1970 desplazando del mercado occidental otras oleaginosas (cacahuete, semillas de algodón y lino) tradicionalmente procedentes de países del Tercer Mundo (Nigeria, Senegal, India, etcétera).

Dentro de este contexto las importaciones españolas de maíz y soja son realmente excesivas:

-En cuanto al maíz, el incremento experimentado a partir de los años sesenta nos coloca, en 1975, en el cuarto lugar en la importación mundial, con 4,2 millones de toneladas y un valor de 35.000 millones de pesetas, de los cuales 3,2 millones de toneladas proceden de Estados Unidos.,

-En cuanto a la soja, en 1975, España se clasifica en tercer lugar en las importaciones de grano (1,7 millones de toneladas y unos 25.000 millones de pesetas), únicamente detrás de Japón y R. F. de Alemania y, por consiguiente, por delante de países con mayor cabaña ganadera.

Este protagonismo de Estados Unidos en el mercado occidental de maíz y soja se podría justificar con argumentaciones economicistas si no fuesen acompañadas con transferencias de capital extranjero a los sectores importadores y con un despilfarro de recursos agrarios españoles sustitutivos de estas dos materias primas.

En el caso español esta transferencia de capital, fundamentalmente norteamericano, es evidente, en primer lugar en la industria rnolturadora de soja. Las principales empresas de este sector son las siguientes: Compañía Industrial de Abastecimientos (que moltura más del 30% del total de la soja importada, en la que participa la multinacional norteamericana Cargill INC), Sociedad Ibérica de Molturación (en la que participa la multinacional también norteamericana AE. Stanley Man), Arlesa (perteneciente al grupo Bunge, cuyo capital pertenece a la empresa suiza ZURFIN) y el grupo ACEVESA-ACEPROSA (en la que participa el grupo norteamericano Continental Grain).

En cuanto a la industria de piensos compuestos, la participación de capital extranjero es también importante. Además de los grupos Bunge y Compañía Industrial de Abastecimiento, que participan en la rnolturación de soja,, como ¡mportadores de maíz y como industria de piénsos compuestos, hay que destacar Unión Alimentaria Sanders (perteneciente al grupo norteamericano Sanders Internacional), Gallina Blanca Purina (en la que participa el grupo norteamericano Raiston Purina), Piensos Hens, SAPROGAL...

Estas industrias de piensos con capital extranjero, generalmente, han absorbido o controlan otras empresas de piensos o industrias cárnicas (granjas,. mataderos, etcétera). Así al Grupo Sanders, por ejemplo, pertenecen las siguientes empresas: Gallega de Piensos, SA; Cereales y Piensos Compuestos, SA; Ross Ibérica...; al grupo Gallina Blanca, peirtenecen Agrolímen, SA; Matadero Frigorífico Abrerá; Productos Gropan...; a Piensos Hens, Iberheris y Abatavia; a Compañía Industrial de Abastecimiento, FOISA y PROGRASA...

En cuanto a la responsabilidad de las importaciones de estas industrias con capital extranjero en un estudio realizado por el Mínisterio de Comercio sobre la industria de piensos, en 1973, se rionen de manifiesto los siguientes hechos:

-Las industrias de piensos cornpuestos con capital extranjero importaban más soja (el 41% de la importación nacional) que la industria de piensos sin participación de capital extranjero (el 1,5%).Esta mayor responsabilidad en La importación de la industria con capítal extranjero también tiene lugar en el maíz, aunque los porceritajes son más reducidos que en la soja, dado que, en este caso, el SENPA, por encargo del Gobierno.

-Además de la responsabilidad de un porcentaje elevado de las importaciones de soja y maiz, la industria de piensos compuestos con capital extranjero paga en concepto de patentes y asistencia técnica cantidades muy superiores, en relación con la producción que la industria sin capital extranjero. Durante el período 1970-1973, estas empresas pagaron del orden de 240 millones de pesetas por este concepto, mientras que la industria de piensos sin capital extranjero pagó menos de once millones.

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