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El diplomático soviético de la ONU sigue sin pedir asilo en EEUU

Arkady Shevchenko, subsecretario general para Asuntos Políticos de las Naciones Unidas, que abandonó su puesto el pasado lunes alegando «diferencias con su Gobierno», no ha pedido por el momento asilo político en Estados Unidos, pero hizo saber su decisión de no regresar a la Unión Soviética.

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Shevchenko se encuentra en paradero desconocido, presumiblemente dentro de Estados Unidos, y antes de abandonar su alto puesto en las Naciones Unidas, contrató los servicios de un abogado de Wall Street para que le represente. El abogado anunció ayer que el diplomático no tiene intención de regresar a su país. La misión soviética en la ONU trató de contactar a Shevchenko a través de su abogado, pero se desconoce si la entrevista entre el presunto desertor y los soviéticos tuvo lugar o va a tener lugar.En Washington, el portavoz del Departamento de Estado dijo no tener noticias de Shevchenko y aseguró que éste no ha solicitado ni asilo político ni protección policial. El portavoz añadió que el asunto se considera por el Gobierno norteamericano como un problema interno de la ONU y de la exclusiva competencia de la organización internacional.

En caso de que Shevchenko decidiera pedir asilo político se trataría de la mayor deserción sufrida por la URSS y podría provocar un serio conflicto en vísperas del viaje a Moscú del secretario de Estado, Cyrus Vance, y cuando se llevan muy avanzadas las negociaciones entre Norteamérica y la URSS para la firma de un nuevo tratado de limitación de armas estratégicas.

Teóricamente, Shevchenko podría permanecer en Estados Unidos con su visado diplomático, ya que es funcionario de la ONU. Sin embargo, esta posibilidad es impensable dado que los cargos en Naciones Unidas se reparten entre los distintos países y los soviéticos, que tradicionalmente han tenido éste, nombraran un sustituto próximamente.

Shevchenko, de 47 años, fue uno de los consejeros del ministro soviético de Asuntos Exteriores, Andrei Gromiko, y se especializó en asuntos de desarme. Ha escrito dos libros sobre el tema y participado en numerosas reuniones internacionales. De hecho, fue uno de los principales organizadores de la Conferencia de Desarme que se celebrará en junio en la sede central de la ONU, en Nueva York.

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Como funcionario de las Naciones Unidas, y no directamente de la misión soviética ante la ONU, Shevchenko ganaba un excelente salario (87.000 dólares anuales, unos siete millones de pesetas) y controlaba una veintena de secciones de la organización internacional, además de dirigir un equipo de casi cien personas.

En los medios diplomáticos de la ONU se comentaba que Shevchenko había mostrado siempre una postura de total identificación con su Gobierno y que, incluso en privado, había defendido las excelencias del sistema y del Partido Comunista de la URSS.

El portavoz oficial de las Naciones Unidas repitió anoche que no se sabe nada nuevo sobre el paradero o las intenciones de Shevchenko y dijo que su contrato con Naciones Unidas tiene vigencia hasta 1980. Al parecer, el funcionario soviético ha escrito una carta al secretario general de la ONU, Kurt Waldheim, pero éste aún no la ha recibido.

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