Italia boicotea las ventas de naranjas españolas a Gran Bretaña

Italia, uno contra ocho en el seno de la CEE, continúa firme en su oposición a prolongar el statu quo para los agrios españoles exportados al mercado británico. Su intransigencia, más táctica que fundamentada, impide el intercambio de cartas entre España y la CEE, que deberían confirmar la adaptación total del acuerdo España-CEE, de 1970, a la realidad actual de la Europa de los nueve.

La adaptación del acuerdo España-CEE tenía tres fases: las dos primeras, extensión tarifaria y adaptación de cupos, están prácticamente resueltas, la tercera, de prolongación hasta el 31 de diciembre de 1977 del statu quo para ciertos productos agrícolas hispanos exportados al mercado británico, queda por resolver.Los italianos se oponen a que los agrios españolees (naranjas en especial) continúen entrando en Gran Bretaña con una reducción del 75 % de la tarifa arancelaria, hasta finales del año. Quieren que, en virtud de los acuerdos, los agrios españoles queden sometidos a las reglas previstas en el acuerdo España-CEE de 1970, que sólo concede una rebaja del 40 % a los agrios importados de España.

La dureza de Italia provoca la lógica irritación de los negociadores españoles. Sobre todo, porque, sin que figurase por escrito, parecía aceptado por ambas partes, española y comunitaria, que España tendría statu quo para las exportaciones de frutos y legumbres (frescos y conservados), así como las flores hasta finales de año. Es decir, hasta la negociación de la segunda fase de la adaptación del acuerdo -que debe celebrarse en otoño- que deberá aportar nuevas concesiones para la exportación agrícola española a la CEE.

La irritación de los españoles es doble porque, en primer lugar, Italia no exporta prácticamente naranjas al mercado británico y, en segundo lugar, porque el conjunto de agrios de países mediterráneos con acuerdos comerciales con la CEE entran en el Mercado Común con una ventaja del 80 %, contra un 40 % para los españoles.

¿Porqué Italia se enfrenta contra España y, en definitiva, contra casi el resto de países de la CEE en este litigio naranjero? Las naranjas, en realidad, serían la última preocupación de Roma. Lo que pretenden los italianos es crear un clima de dureza en los ámbitos comunitarios, en todo lo que se refiere a nuevas concesiones agrarias a países terceros. Los italianos quieren compensaciones previas para su campo.

La actitud de los demás Estados ante esa postura es diversa. Francia contempla con interés la actitud italiana que le sirve de punta de lanza. La RF de Alemania comienza a mosquearse ante tanta petición italiana en una política agrícola común de la que Bonn también quiere la reforma, pero por motivos distintos a los italianos y franceses (se queja del coste de un agro continuamente subvencionado). Los británicos piensan, sobre todo, en las incidencias a nivel de precios en la cesta de la compra. Los países del Benelux contemplan las tensiones que se perfilan en el interior de los nueve, ante la gran operación de ampliación del Mercado Común.

Para intentar vencer la oposición italiana, Raimundo Bassols, embajador de España ante la CEE, participará el miércoles, 13 de julio, en una reunión conjunta entre la comisión europea y los representantes en Bruselas de los nueve Estados de la CEE.