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Tribuna:Cuba, 18 años después/1
Tribuna
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El comienzo

No se puede analizar ni hacer balance de Cuba sin apelar previamente a un cambio de mentalidad y especialmente a una historia. Hace dieciocho años, la república de Cuba —república mediatizada, dicen aquí—gobernada por Batista —gobernada por USA por delegación de Batista, 'dicen aquí—, ofrecía la imagen de un país risueño, rumbero, de colorines, de grandes construcciones y un Caribe excelso, paradisíaco, rodeado de frutas exóticas. Era la imagen vendible de Cuba. Era la imagen del ensueño turístico que los norteamericanos supieron difundir. Pero Cuba era otra cosa. Cuba era otra realidad mucho más dramática, en cuya entraña entró Fidel antes de ser su presidente. Cuando en 1953 —fecha clave para Cuba— Fidel y un reducido grupo se vinculan al cuartel de Moncada, Castro escribe un alegato calificado de histórico, La Historia me absolverá, en el que cuenta un poco de la realidad cubana. Un poco que el cubano de hoy, con el saber popular te enuncia con una sola frase: —Antes de la revolución, Cuba era La Habana; lo demás, era paisaje.

Las descripciones de la Cuba anterior a la revolución son realmente sobrecogedoras. El mismo Ché Guevara, en su diario, cuenta los encuentros con la población campesina en Sierra Maestra, analiza los vientres abultados de los niños, las madres con enfermedades carenciales, la incultura, la miseria.

Pues bien, se quiera o no se quiera, para analizar la evolución cubana, y para tratar de hacer un balance de la revolución, hay que partir de aquí: de una realidad dramática —sonriente y opulenta en La Habana, miseria en el campo— y de unas fechas clave que van a condicionar el desarrollo posterior. Desde 1956, año del desembarco del Granma—un pequeño yate en el que viajaron desde su exilio mexicano Fidel y su grupo para arribar a Sierra Maestra y comenzar la revolución—; 1959, año en que la revolución triunfa y Castro entra en La Habana, a hoy, una constante preside todo el desarrollo cubano. Me lo explicaba un alto funcionario del Ministerio de Asuntos Exteriores: —No se olvide, compañero, que hemos sido el único pueblo que ha vencido al enemigo más poderoso de la Historia. Y ese enemigo está aquí al lado, a un paso, a noventa millas.

Playa Girón

Ese peligro quedó patente en playa Girón, como aquí dicen, o en bahía Cochinos, como lo conoce el resto del mundo. Muchos teníamos la idea de que aquel desembarco había sido un juego. ¿Cómo, si los americanos quieren, no van a desembarcar y tomar la isla? ¿Por qué fracasó aquello? Realmente, muchos teníamos un desconocimiento grande de la realidad de aquel desembarco. Norteamérica no pretendía tomar Cuba de forma directa. La CIA lo había preparado de otra manera. Un día de 1961, un grupo de cubanos exiliados —mercenarios les llaman aquí—desembarca en playa Girón. La idea es la siguiente. Los mercenarios llegarán a tierra cubana, y formarán un Gobierno nuevo, contrarrevolucionario, un Gobierno popular contra Castro y los insurrectos. Una vez constituido ese Gobierno, oficialmente habrían de pedir ayuda a Estados Unidos, cuyas fuerzas de ataque estaban tan dispuestas que se las veía desde la isla. Estados Unidos, ante esa petición de ayuda, acudiría y prestaría su apoyo. El régimen de Castro quedaría aplastado en horas.

Pero así lo entendieron también los hombres del Gobierno revolucionario. Y con fuerza y decisión impidieron aquel desembarco y que los hombres llegaran a estabilizarse. Fue un nuevo triunfo de la revolución. Playa Girón pasaría, además de en símbolo, en sensación («En la economía, como en Girón. Venceremos», dicen las consignas en grandes carteles callejeros.) Y, además de en símbolo, en sensación de peligro constante. Lo de Girón, son conscientes, puede volver a repetirse. La CIA, dicen, ataca continuamente. A Castro se le han contabilizado no menos de sesenta atentados organizados por la CIA, de los que por lo menos veintitrés se han demostrado. La revista Bohemia publicaba el 19 de noviembre de 1976 un extenso informe del periodista Luis Báez recogiendo estos veintitrés atentados con todo tipo de datos, fechas y nombres. Al año siguiente de playa Girón, en octubre, Cuba vive el momento más tenso de su historia reciente: la crisis de los misiles. Los aviones americanos detectan los misiles de cabeza nuclear soviéticos en la base de Guantánamo. La sombra de una tercera guerra mundial aparece en el espectro de nuestra generación. La situación se resuelve con el convencimiento de que la Unión Soviética no pretende más que organizar la defensa de Cuba. Para ellos —dicen— es absurdo pensar que la Unión Soviética pudiera utilizar como base la isla del Caribe, dada la distancia. Cuando pregunté al alto funcionario si los rusos habían desmantelado las bases, con ironía y con sonrisa de oreja a oreja, encogiéndose de hombros, dijo: —Se ha llegado a un acuerdo.

Pero nadie cogió un destornillador, De aquí, del tremendo bloqueo (quieren hacer un homenaje a la señora que durante tiempo y tiempo daba por radio recetas de cocina para comer huevos de forma distinta cada día) por parte americana. y por el que Cuba, quedó nadando en azúcar y nada más, hay que partir para comprender la Cuba de hoy.

-¿Y no habrán cambiado el yugo yanqui (aquí lo yanqui siempre es yugo imperialista) por el soviético?

—No. Nuestros hermanos soviéticos vienen, nos ayudan y no piden nada a cambio

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