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Cantidades peligrosas de DDT en la leche de las madres centroamericanas

El descubrimiento de que, a través de la leche materna, muchos lactantes de Iberoamérica ingieren DDT en cantidades peligrosas ha causado gran sorpresa y cierto temor en la población mexicana.La revelación de la existencia de DDT en la leche materna ha sido hecha en México por varios médicos pertenecientes al Instituto de Nutrición de Centroamérica y Panamá en un estudio titulado La ecología del desarrollo.

El estudio, convenientemente dado a conocer por la prensa de Centroamérica y México, ha interesado de manera especial a las madres y también a diferentes clínicas y centros hospitalarios que han dirigido escritos e interpelado a los especialistas del instituto citado para averiguar hasta qué punto es cierto y qué peligros entraña.De momento se desconoce cuántos niños sufren una gradual ingestión de DDT, especialmente en las regiones donde se emplea este tóxico insecticida para combatir el paludismo, o contra diversas plagas del campo.

La contaminación por el DDT en las madres no está provocada directamente. Son los agentes contaminantes de la atmósfera los que penetran en el organismo, en este caso el femenino, y es lo que a la larga produce trastornos en el lactante. La ecología del desarrollo informa también que existen más de 30 enfermedades de diferente grado, como consecuencia de la contaminación del aire, agua y tierra por productos químicos, gases, radiaciones y consumo de energéticos que alteran desde hace tiempo, no sólo la temperatura ambiental, sino también los fenómenos climáticos. Ello, a la larga, origina la ruptura de los ecosistemas que afectan en diferente grado a todos los seres vivos, incluidos los microorganismos que viven en un estado de permanente interrelación e interdependencia.

Contaminantes

Los contaminantes del aire, considerados como más peligrosos por el informe, son el dióxido y trióxido de azufre, bióxido de carbono ozono, monóxido de carbono, amianto y sulfato de hidrógeno. Estos agentes pueden incidir gravemente en la. salud y bienestar del hombre y especialmente del niño lactante por sus escasas reservas ante la enfermedad.Algunos de los males originados por los contaminantes citados son la agravación del asma y la bronquitis crónica, así como la irritación de los sentidos, agravamiento de los padecimientos cardiovasculares, irritación de ojos y vías respiratorias, calcificación de la pleura, asbestosis y procesos tumorales malignos.

Entre tanto, en varios países iberoamericanos, entre ellos México, las autoridades sanitarias han recomendado extremar las precauciones en torno al lactante y efectuarle sucesivos reconocimientos médicos. Otras recomendaciones inciden en que se abrevie lo más posible el tiempo de lactancia del niño e incluso en que se prescinda de la leche materna y que se proporcionen otras sustancias nutritivas, como la lecha maternizada en polvo. Estas recomendaciones no han hecho mucha gracia a las madres mexicanas, que siguen considerando que la mejor crianza es la propia leche materna, aunque, por supuesto, no contaminada.

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