Mel Gibson rodará este verano ‘La resurrección de Cristo’ en los estudios Cinecittà de Roma: “Es un tripi de ácido”
La directora del mítico plató anuncia que el cineasta estadounidense regresará a la capital italiana para esta secuela rodada más de 20 años después: “No es lineal, es muy ambiciosa y no sé si lo puedo lograr…”, confesaba el director


Mel Gibson ya está preparado para hacer descender a Jesucristo literalmente hasta los infiernos. Así lo ha anunciado la consejera delegada de los legendarios estudios romanos Cinecittà, Manuela Cacciamani, en una entrevista donde asegura que el director rodará la secuela La resurrección de Cristo íntegra en la capital italiana: “se grabará a partir de agosto y requerirá muchas salas y construcciones escénicas”, contaba a Il Sole 24 Ore. Y, así, al tercer día uno de los personajes más famosos de la historia resucitará en la gran pantalla.
La continuación más de 20 años después de La pasión de Cristo, explicaba Gibson en el podcast de Joe Rogan durante la promoción de Amenaza en el aire (su primera película en nueve años), se sumergirá en lo que más le interesa en esta etapa de su vida: la lucha entre el bien y el mal. Un concepto que el cineasta de 69 años quiere desarrollar en este proyecto que lleva siete años escribiendo junto a su hermano y Randall Wallace (Braveheart): “Es un tripi de ácido, no es lineal, es muy ambiciosa y no sé si lo puedo lograr…”, confesó Gibson, mientras planteaba la idea de usar IA para traducir los diálogos del inglés al latín y arameo, como se hizo en la primera parte. “Habrá elementos muy locos. Para contar la historia perfectamente tienes que empezar con la caída de los ángeles, lo que te coloca en otra realidad. Necesitas viajar al infierno y a seol”, anticipó. La narración llegaría hasta la muerte de los últimos apóstoles.
Con quien espera volver a contar para esta épica es con el Jesús interpretado por Jim Caviezel, otro actor ultracatólico para quien Gibson produjo la exitosa cinta religiosa Sound of Freedom. En el infierno, su personaje se encontrará con Satanás, en una versión aparentemente más mágica que la cruda y realista primera entrega, que fue nominada a tres Oscar y arrasó como la película más taquillera de 2004, con 560 millones de euros recaudados en todo el mundo. Entonces, todo pareció acabar con la crucifixión, pero Gibson tenía otros planes. Aunque, al tardar tanto tiempo, el responsable de Apocalypto cuenta que tendrá que usar rejuvenecimiento digital en su protagonista. “No va a ser fácil, necesitará de muchos planes, y no estoy completamente convencido de que pueda lograrlo”, reconocía.
Los míticos estudios Cinecittà, anuncia también Manuela Cacciamani en la entrevista, están siendo usados por Ridley Scott para planear su próximo proyecto, así como por Disney y Universal. Gibson ya utilizó el plató para La pasión de Cristo, uniéndose a la estela de cineastas como Federico Fellini, Roberto Rossellini, Luchino Visconti, Sergio Leone, Bernardo Bertolucci, Francis Ford Coppola, Martin Scorsese o Luca Guadagnino. Allí se rodaron las clásicas Vacaciones en Roma, Ben-Hur, La dolce vita o Gangs of New York, pero también las recientes Cónclave y Queer.
Un director polémico

La lucha bíblica entre el bien y el mal siempre ha sido clave en el cine de Gibson. “Nací alcohólico. Nada me podía parar. Soy defectuoso, y apelé a algo más grande. Porque no quería compartir celda en el infierno con Hitler, Stalin y Mao”, contó el actor en el famoso podcast, antes de asegurar que en su día rechazó una oferta de Scorsese para protagonizar La última tentación de Cristo. “Pasé mucho tiempo en mi mente animal. Quieres morder, y hacer cosas que no son socialmente aceptables. Matar a alguien no está aceptado y no quería acabar en prisión. Me miraron el cerebro y concluyeron que tenía el peor caso de estrés postraumático, peor que los veteranos de guerra”, añadió. Explicó entonces su remedio milagroso a Rogan: pastillas de vitamina B, aceite de pescado y encerrarse en cámaras acorazadas.
Numerosas polémicas han ensombrecido la imagen de Gibson desde hace tiempo. Por ejemplo, hace 15 años se filtraron unos mensajes en los que le gritaba a su novia que “ojalá” la violase “una manada de negros”. Tras un juicio, le obligaron a pagarle 750.000 dólares por violencia machista. En 2006, también se filtró su reacción durante una detención policial por conducir ebrio: “Los putos judíos sois culpables de todas las guerras de la humanidad”, decía. El actor, que llegó a negar el Holocausto, excusó sus declaraciones diciendo que se había tomado ocho tequilas dobles.
Aun así, el cineasta ha aprovechado la promoción de su última película (un encargo producido en parte para financiar sus proyectos más personales) para sumar nuevas controversias a su legado de escándalos, mientras Trump lo designaba como uno de los caballeros andantes del Gobierno, junto a Jon Voight y Sylvester Stallone, encargados de “hacer de Hollywood grande otra vez”. Recomendó pseudomedicamentos para curar el cáncer y echó pestes contra el cambio climático (“Cuando un hielo se derrite en mi vaso, el agua no se desprende”). Además, aseguró que el sida fue un experimento falso del Gobierno, caracterizó al papa Francisco como un “apóstata” que quiere destruir la Iglesia desde dentro, y negó la evolución biológica: “No puedo defendértelo, pero es lo que me dicen mis sensaciones: yo no he sido un simio”. Gibson, explicó, cree en la Biblita en toda su literalidad, y eso es lo que trasladará a la pantalla en La resurrección de Cristo, por muy fantasioso que suene.
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