Soledad Gallego-Díaz: “Las redes desvían la atención sobre lo que realmente nos afecta”
La directora de EL PAÍS participa en un coloquio en Córdoba con el autor Jorge Fernández Díaz y reivindica el oficio de periodista frente a la comunicación
Dos viejos amigos, dos cómplices en la profesión de contar la complejidad de las cosas, han reivindicado las esencias del periodismo frente a la simplificación del lenguaje que invade las sociedades modernas a través, sobre todo, de las redes sociales. Soledad Gallego-Díaz, directora de EL PAÍS, y el escritor Jorge Fernández Díaz, colega suyo y autor de un buen puñado de libros de cuentos y novelas, han participado este miércoles en el Teatro del Libertador General San Martín, de Córdoba (Argentina), en una conversación que introdujo la autora Claudia Piñeiro.
Lenguaje y nada más que lenguaje. Para bien y para mal. Por eso, Jorge Fernández Díaz alertó de la responsabilidad que los periodistas tienen sobre su uso. De las buenas prácticas a través del mismo para aproximarse a la verdad. Con reglas. “Me impresionó, Soledad, que al entrar al cargo de directora de EL PAÍS –la primera mujer que lo ocupa en 42 años de historia— pusieras sobre la mesa El libro de estilo. ¿Por qué?”. Bien sencillo, vino a explicar la periodista española: “Le debemos una obediencia estricta porque nos señala la manera de trabajar y de utilizar el lenguaje. Nos ofrece consejos muy sensatos para alcanzar claridad. Los periodistas queremos que nos comprendan”.
El populismo pretende simplificar todo en una palabra y eso lleva al desastre” Soledad Gallego-Díaz
Y reivindicar una tarea que cada vez debe guiarse más entre la maleza del despiste intencionado sobre lo que realmente importa. Son los efectos de la preponderancia de la comunicación sobre el periodismo. Dos cosas, ahora más que nunca, radicalmente distintas: “No son lo mismo. Las redes, que dominan la comunicación, han provocado que los periódicos hayamos perdido la capacidad de hablar sobre lo que realmente importa, de imponer temas. Y eso nos puede costar la desaparición. Si sucede, será nuestra culpa. Debemos luchar por no distraernos de los asuntos fundamentales. Las redes se encaminan a desviar la atención sobre lo que en verdad nos afecta. Eso tiene un sentido demoledor porque destruye las redes de información contrastadas”, aseguró Gallego-Díaz.
Y, además, alienta la simplificación, “crea burbujas cerradas de sentido”, dice Fernández Díaz. Y manipulación, asegura la directora de EL PAÍS: “Muchos recurren al intento de simplificar. Para eso creas un lenguaje que acaba en una falsa manipulación. Si alguien reivindica el derecho a decidir, claro que estás de acuerdo. Pero el problema aparece cuando planteas qué. No puedes decidir sobre todo. Hay cosas que sí y otras que no. Así entramos en una manipulación de efectos terribles. El populismo pretende simplificar todo en una palabra y eso lleva al desastre”.
Babelia
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