Cuando el terror se canta
'El jovencito Frankenstein’ retoma el filme convertido en comedia musical. Plácido Domingo jr. hace de Drácula un héroe romántico
El terror nunca pasa de moda. Excita y fascina porque lleva al espectador a un espacio sombrío e imprevisible de la vida: fantasmas, monstruos y psicópatas producen las peores pesadillas y los momentos más placenteros a los amantes del pánico. Cuando el terror se mezcla con el humor y la música, engendra sofisticados artefactos teatrales que han dado lugar a un género propio: el musical de terror. Esta clase de espectáculo musical se nutre de novelas y películas de miedo de todos los tiempos para, a través de la parodia, convertirlas en grotescas comedias.
A este género pertenecen La pequeña tienda de los horrores, sobre una planta carnívora que se alimenta de clientes de la floristería, Evil Dead, que lleva al paroxismo el rollo serie B de la película de los ochenta o Rocky Horror Picture Show, que transforma al doctor Frankenstein en un glamuroso travesti del espacio exterior. Precisamente de la historia escrita por Mary Shelley en 1818 también surge El jovencito Frankenstein, obra maestra del cine de Mel Brooks, de 1974, que hace una década convirtió en musical de Broadway y que en noviembre se estrenó en Madrid. También está girando por España Vlad, el musical, una adaptación libre de la novela Drácula, de Bram Stoker, con la que se estrena en la composición teatral Plácido Domingo Jr, el hijo del célebre tenor madrileño.
Guiños a la película
En una temporada, con más estrenos musicales que nunca, El jovencito Frankenstein brilla en la cartelera gracias a una partitura, una puesta en escena y un elenco cuidado al detalle. Esteve Ferrer, su director, tenía claro que, si iban a estrenar en la Gran Vía, debían ser ambiciosos. "Nuestros vecinos son títulos de Broadway con puestas espectaculares, no podíamos hacer una producción autóctona discreta", recuerda el barcelonés. Nada más recibir el encargo, se puso a trabajar en una puesta en escena en la que sacaran partido a cada elemento: suben y bajan plataformas, aparece una biblioteca y, de repente, todo el escenario se transforma en un bosque. "La creatividad era nuestra baza para competir con las grandes franquicias", añade el director, que contaba con el aval del éxito de La familia Addams, actualmente en Barcelona.
No es la primera obra de Mel Brooks que se programa en España. Los Productores se estrenó en 2006 con su beneplácito. Brooks, de 92 años, no ha visto este montaje, pero ha recibido información a través de su representante. "Nos dijo que había superado sus expectativas y que así se lo iba a transmitir". Pese a la gran puesta en escena, El jovencito Frankenstein confía en el libreto para conquistar al público: en diálogos y canciones rebosantes de referencias a la película, de chistes gruesos y sofisticados y juegos de palabras que los incondicionales del filme conocen al dedillo. Por eso Esteve ha revisado la traducción hasta la extenuación. “Leíamos las canciones sin música ni ritmo como prueba para ver si tenían sentido por sí mismas”, recuerda.
Necesitaba, además, un grupo de intérpretes solvente para acometer la tarea. Víctor Ullate Roche, habitual de las producciones musicales, interpreta al doctor Frankenstein Jr, el científico que solo desea huir del apellido familiar para acabar con el estigma de sus antepasados transilvanos. “Ha superado con creces el reto de recrear a un personaje anclado en el imaginario colectivo", argumenta sobre el personaje. Redondean el elenco Cristina Llorente, una exuberante Inga, tras cuatro temporadas en El rey león; Jordi Vidal como Igor, que carga el peso de la comedia (y la chepa); Teresa Vallicrosa, que dota a Frau Blücher de una gran presencia escénica; Albert Gràcia, Pumba en el musical de Disney durante varios años, como el monstruo que ofrece una lección de claqué sobre plataformas; y Marta Ribera, una de las actuales estrellas del teatro musical, que se convierte aquí en la egocéntrica prometida de Frankenstein. "Ella es insoportable pero también tiene su corazoncito", comenta la actriz y cantante.
La partitura de El jovencito... no convenció a la crítica en Estados Unidos, ni arrasó en los premios Tony, tampoco ha legado al repertorio himnos intemporales como lo han hecho las obras de Webber o Sondheim, pero la combinación de music hall, standards de Broadway y baladas funciona como vehículo para engrasar una propuesta escénica que replica a una película hoy de culto. “Tiene una banda sonora impecable que hace florecer la comedia en una de las obras más divertidas que se pueden ver en Madrid”, apunta Ferrer sobre su nueva criatura, que estará toda la temporada en el Teatro de la Luz Philips Gran Vía.
Un vampiro heroico
Plácido Domingo hijo ha crecido entre los telones de los coliseos de ópera más importantes del mundo. Él, sin embargo, ha consagrado su carrera a escribir canciones para superestrellas del rock como Michael Bolton o Diana Ross, a cantar boleros y, en los últimos tiempos, a componer un musical. El hijo del tenor madrileño más famoso de todos los tiempos estrenó el 14 de diciembre en La Línea de la Concepción Vlad, el musical, una adaptación libre de la novela Drácula de Bram Stoker. "Hace varios años leí la novela y rápidamente la visualicé. Creo que el tema es tan inmortal como el personaje mismo", relata el músico de 53 años durante la entrevista, a principios de diciembre, minutos antes de comenzar uno de los ensayos en Madrid. "No me gustaba cómo el cine y otras obras habían concebido al personaje así que decidí volver a crearlo", detalla sobre esta versión teatral escrita originalmente en inglés y traducida por el actor, director y guionista Javier Ibarz, que toma los personajes y la época para dar forma a un nuevo enfoque. "Mi Drácula es un héroe, casi un mártir. Cuando la gente lo conozca, se va a enamorar de él".
El objetivo de Domingo hijo ha sido crear un gran espectáculo de dimensiones épicas al estilo de El fantasma de la ópera y Los miserables, con cantantes líricos como José Julián Frontal, que interpreta a Van Helsing y de musical como Carlos Valledor, el propio Vlad. "La música es romántica y muy melódica, alejada del estilo rock habitual en el teatro musical", describe el compositor.
No es la primera vez que alguien crea un musical sobre estas criaturas de la noche. El autor argentino Angel Mahler estrenó Drácula, en 1991, en el Luna Park de Buenos Aires y una década después, el compositor del aclamado Jeckyll y Hyde, Frank Wildhorn, llevó el argumento de Bram Stoker a La Jolla Playhouse, en California. En 2006, la estrella del pop Elton John, estrenó Lestat, adaptación de la novela de Anne Rice, Entrevista con el vampiro, con un éxito discreto. Vlad solo podrá verse el próximo 21 de diciembre en el Centro de Congresos y exposiciones de Ávila y el 29 en el Teatro Carrión de Valladolid. Ambas con voces en directo pero orquesta pregrabada. Domingo espera que se puedan añadir más fechas en 2019 en otras ciudades españolas y, quién sabe, si también al otro lado del charco, en Broadway. "Sería un sueño, la versión en inglés ya la tenemos", asegura su autor.
Babelia
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