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De fiesta con la familia Addams

El musical es un divertido espectáculo que no defrauda

'La familia Addams', de Esteve Ferrer, al completo.
'La familia Addams', de Esteve Ferrer, al completo.

La convencional y más bien discreta partitura de Andrew Lippa no permite medir al musical La familia Addamscon las joyas del género, pero como comedia musical es un divertido espectáculo que no defrauda. Varias generaciones han crecido disfrutando con el humor macabro de la célebre familia creada por Charles Addams, primero con la serie de televisión, después con la saga de películas y ahora como musical para toda la familia, con libreto de Marshall Brickman y Rick Elice. Siete años después de su estreno en Broadway, los Addams cantan y bailan en el Coliseum en un entretenido montaje dirigido por Esteve Ferrer.

Funciona con gracia y buen ritmo la adaptación española del libreto y las canciones, firmadas por el propio Ferrer, que añade guiños a la actualidad española a una comedia alocada, gamberra y mordaz que garantiza las carcajadas. De forma brillante, Carmen Conesa y Xavi Mira se tranforman en la irresistible Morticia Addams y su zalamero esposo Gómez en una notable producción de Letsgo, con coreografía de Montse Colomé y direccíon musical de Pedro Arriero y Julio Awad.

Carme Conesa es una Morticia algo apurada como cantante, pero de certera vis cómica y espectacular presencia física; su vestuario es magnífico y se adueña del escenario en el famoso tango. A su lado, Xavi Mira triunfa con una dicción, un sentido del humor y un canto de gran nivel. Otro pilar de la función es la sensacional actuación de Lydia Fairén como rebelde y sádica Miércoles. Uno de los momentos punta del espectáculo es la escena en que electrocuta a su hermano Pugsley en un macabro juego que el benjamin de la familia disfruta con placer: el joven actor Alejandro Mesa se luce en este papel.

Hay más aciertos en el reparto, como la desternillante caracterización de la abuela a cargo de Meritxell Duró, y el despliegue de gags, muecas, mugidos y calamitosos andares de Javier Canales como mayordomo que al final da una inesperada campanada vocal. Por su parte, Frank Capdet perfila un Tío Fétido entrañable, quizás demasiado dulzón en el rematadamente cursi tema de la luna del flojo segundo acto.

Fabio Arrante cumple como el joven Lucas, el amor de Miércoles, y dan vida sus padres con aplomo Andrés Navarro y Eva María Cortés, que está soberbia —puro volcán de pasión— en la escena del juego de las verdades que cierra el primer acto con Yo confieso, el mejor tema del musical junto a su pegadiza obertura, en la que vuela por el teatro la famosa y sangrienta mano amputada.

Bravo al solvente equipo de cantantes y bailarines que encarnan a los ancestros de los Addams —hay que ver lo bien que bailan los muertos— en escenas tan divertidas como la canción de Morticia Suerte que la muerte acecha.

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La ambientación de la tétrica mansión de los Addams —bien resuelta por la eficaz escenografía de Felype De Lima y la iluminación de Juanjo Llorens— tiene morbo añadido con los esqueletos y las lápidas que flanquean un escenario cuya estructura deja ocultos a un cuarteto instrumental dirigido desde el teclado por Adrià Aguilera.

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